Un fin de semana marcado por una gran nevada
Al salir de Embrun y tras caminar un kilometro vemos imposible continuar. El peligro de sufrir un accidente es grande pues la carretera está limpia justo para el paso de los coches y sin arcén puede sucedernos algo grave. Nos aconsejan tomar un tren, y para nuestra desdicha, volvemos al pueblo y lo hacemos. Quedarnos en Embrun para que mañana pase lo mismo. Mañana veremos que pasa.
Tras la nevada y de haber tenido que claudicar ayer, hoy hemos iniciado la jornada con fuerza e ilusión renovadas. La carretera, a diferencia de ayer, se puede transitar aceptablemente, luce un día estupendo y el paseo de 18 km, aunque cuesta arriba, es entretenido y agradable. La comida es una barra de pan que nos da una señorita que las vende en una roulotte. Ya en Briancon nos hospedamos en el hotel de la Paz, donde por ser peregrinos nos hacen un importante descuento y nos dejan lavar la ropa incluyendo la secadora. Son las 17.35. Luego veremos lo que podemos cenar.