Tercera Revolución Industrial: Genética
El cambio de paradigma en tres áreas de conocimiento fundamentales, como son la robótica, la nanotecnología y la genética transforman el mundo de forma sorprendente y a un ritmo nunca visto en la historia de la humanidad. En este artículo vamos a profundizar en la revolución que supone para la humanidad los avances en el campo de la genética, así como los dilemas éticos y morales que dichos avances plantean.
Recientemente, el equipo liderado por Shoukhrat Mitalipov (“Oregon Health and Science University”) ha conseguido, mediante una técnica denominada CRISPR, la edición genética de ADN de organismos vivos, demostrando que es posible corregir genes defectuosos de forma eficaz y segura abriendo una ventana de innumerables posibilidades. Las técnicas de edición genética plantean dilemas morales importantes, si pudiéramos modificar las características genéticas del embrión que se convertirá en nuestro hijo para eliminar defectos hereditarios, ¿quién no lo haría? ¿Quizás modificarlo para tener los ojos azules y que sea más alto? En este caso la elección ya no parece tan evidente y, por otro lado, debemos tener en cuenta que aún estamos muy lejos de conocer los posibles efectos no deseados que se pueden producir con el paso de los años.
Técnicas similares llevan años aplicándose en el mundo vegetal produciendo un debate encarnizado entre la comunidad científica, nuestro planeta se encuentra cada vez más poblado, ¿porque no modificar las características genéticas de un alimento para que su producción aumente o para que necesite menos agua para su desarrollo? Realmente hemos adquirido estas capacidades, pero desconocemos los efectos que dichas modificaciones pueden producir en el ecosistema a largo plazo, entendiendo en este caso como ecosistema a un mundo cada más globalizado para lo bueno y para lo malo.
Los distintos avances en los diferentes entornos tecnológicos hacen que cada vez con mayor frecuencia encontremos intersecciones entre las distintas evoluciones que se condensan en un pequeño espacio de tiempo, obteniendo, por ejemplo, avances que conjugan la impresión 3D, cada vez más perfeccionada y cuyo avance será disruptivo para muchas industrias actuales, con la bioingeniería de modo que es posible hablar de “imprimir” órganos humanos o tejido especializado para reparar una zona dañada a voluntad, terminando, de este modo, con las listas de espera para realizar un trasplante o con la forma de abordar el tratamiento de muchas patologías. A este tipo de tecnologías todavía les queda mucho camino por delante, pero cada día se producen nuevos avances y debemos prepararnos para el día que se conviertan en algo más que la portada de una revista científica.
Las implicaciones morales y éticas de este tipo de avances son enormes, y debemos enfrentarlas con conciencia global, de nada servirían para este propósito legislaciones o políticas nacionales, lo cierto es que cada día nuevas técnicas y herramientas nos acercan a poder modificar a nuestro antojo las características de plantas y animales, de modo que en posible condensar en unos pocos años lo que la evolución por si misma podría tardar milenios o incluso millones de años en perfeccionar. Una vez más hacer un uso responsable de las nuevas capacidades adquiridas definirá nuestro futuro como especie.
Sin duda se seguirá evolucionando y profundizando en todos los campos de la exploración científica, pero pocos ámbitos tendrán un impacto tan relevante en nuestra evolución como especie y nuestro futuro cercano, como la Robótica, la nanotecnología y la genética, debemos prepararnos para tomar decisiones y adaptar la legislación a la nueva realidad, no podemos permitir que la realidad supere a la ficción y no estar preparados para responder con contundencia cuando las líneas rojas que marquemos como especie se superen.
Artículo escrito por Marcos Rojo, Responsable de Innovación y Tecnología Mediapost Group
Publicado en el nº15 de la revista Ideas Imprescindibles