Un paso más en la evolución
En los tiempos que corren la tecnología inunda nuestras vidas, la ley de Moore, que expresa que aproximadamente cada dos años se duplica el número de transistores en un circuito integrado, continúa cumpliéndose más o menos rigurosamente y aumenta la capacidad de procesamiento disponible, cada día nuestra vida se complementa con nuevos hábitos tecnológicos que prometen hacernos la vida más confortable (otro debate, quizás mucho más extenso es si lo consiguen o no). Gran parte de estos avances han sido ideados por los grandes pensadores de nuestra época, genios en muchos casos, que en algunos casos ya comienzan a peinar canas, dejando atrás la sensación de inmortalidad con que la juventud nos embarga. En esta encrucijada vital y con millones de dólares disponibles para invertir, se han puesto manos a la obra para abordar el siguiente paso evolutivo; pero esta vez no se espera que una mutación aleatoria que nos haga más eficaces desde un punto de vista biológico, y por lo tanto, más capaces para adaptarnos mejor a nuestro entorno, al más puro estilo Darwiniano, en este momento pretendemos dirigir concisamente este paso evolutivo a través de la biotecnología, la nanotecnología, la genética y todas las ciencias relacionadas. Empresas como Apple, Google y Facebook, gigantes tecnológicos de nuestro tiempo, abren divisiones especializadas e incorporan a las mentes más brillantes en sus respectivos campos. Las afirmaciones son asombrosas: “La raza humana llegará en pocas décadas a ser capaz de vivir cerca de 500 años”, después de recopilar datos sobre nuestro comportamiento durante tantos años, realmente no desean que desaparezcamos de la faz de la tierra.
¿Estará esta tecnología disponible para todos los seres humanos o solo disponible para unos pocos elegidos con la capacidad económica de acceder a ella? Sin duda, en un primer momento, solo unos pocos elegidos podrán evolucionar de este modo, pero como muchos avances poco a poco se convertirá en una herramienta accesible para todos. La promesa de mejora en nuestra calidad de vida es inimaginable, seremos capaces de predecir enfermedades y ponerles remedio en breves periodos de tiempo atacando la raíz del problema liberando sustancias en zonas específicas, podremos desarrollar nuestro potencial intelectual apoyándonos en complementos integrados en nuestro cuerpo y retrasaremos el envejecimiento celular para hacer nuestras vidas más duraderas. ¿Pero todo ello a qué precio?
No está lejano el día en que la capacidad de la inteligencia artificial supere la capacidad de la mente humana, en cuanto ese momento se convierta en realidad tendremos en nuestro horizonte uno de los mayores retos que afrontaremos como especie; conseguir utilizar las bondades de los nuevos avances sin destruirnos a nosotros mismos. Reto que hemos afrontado con escaso éxito en los tiempos precedentes, como por ejemplo el correcto uso de la energía nuclear. Conseguir una nueva era donde los seres humanos vivamos más y en mejores condiciones es sin duda una promesa apetecible para todos, pero debemos conseguir que la realidad no supere a la ficción y hemos creado mucha ficción sobre este tema.
Artículo escrito por Marcos Rojo Rodríguez, Responsable del Dpto. Innovación y Tecnología de Mediapost de Mediapostgroup
Publicado en el nº 8 de la revista Ideas Imprescindibles