Todo va a cambiar
La crisis del coronavirus nos ha estallado en la cara. De repente, el mundo se ha detenido, como si un gran dedo invisible hubiera pulsado el botón de pause. Parece una película de Hollywood. Pero la maldita pandemia es real. La estamos viviendo en directo. Y el futuro es un mar de incertidumbre.
Sin embargo probablemente estemos ante una oportunidad única, extraordinaria. Y en nuestra mano está aprovecharla para reconstruir nuestra civilización con nuevos criterios, más solidarios y más sostenibles. Será el mejor homenaje que podamos rendir a todas las víctimas del coronavirus. Y el mejor legado que podamos dejar a las generaciones venideras.