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Saber y no hacer es peor que no hacer

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Muchas personas pueden pensar que el conocimiento es poder, pero no es necesariamente así. El conocimiento sólo es poder si se utiliza y se utiliza adecuadamente. No le contemos al mundo entero cuánto sabemos si no vamos a utilizarlo para nada.

Hay un adagio budista que dice: “Saber y no hacerlo es igual que no saber”.

Ni que escribir tiene que el conocimiento y la sabiduría son inútiles si no lo utilizamos para conseguir algo que nos merezca la pena.

La acción habla, casi siempre, en un tono más alto que las palabras. Un poco de acción vale más que muchas palabras. Se puede y se debe aprender mucho observando a los demás, pero llega un momento en que debemos hacer algo para nuestra propia satisfacción. Quedarnos parados contemplando cómo el mundo gira casi nunca es un modo de alcanzar la satisfacción.

La mejor manera de dejar nuestra “marca” en el mundo es hacer lo que decimos. Palabras convertidas en acción. Nuestras ideas pueden ser tan buenas y, por qué no, mejores que las de cualquier otra persona del mundo. Pero tendremos que hacer algo con ellas.

Podemos hablar de estas y otras sensacionales que somos capaces de realizar, pero al final, lo único que realmente contará será lo que seamos capaces de comenzar y de acabar.

Esa gran idea que tenemos jamás saldrá a la luz si no contamos con la suficiente motivación, desde el principio hasta el fin, nuestras ideas e inspiraciones.

La intuición, la creatividad y la fuerza de voluntad son nuestros activos más importantes a la hora de conseguir HACER cosas. Nuestra gran idea es y será sólo eso, una idea y eso es lo que seguirá siendo si sólo nos limitamos a hablar de ello. Una idea será una gran idea si se ejecuta.

Todos deberíamos pasar menos tiempo pensando y más tiempo actuando.

Lo que separa a la gente de éxito de la que no lo tiene es que los primeros siempre están tomando parte en viajes interesantes. Son personas que actúan. Los que no tienen éxito o poco éxito, no actúan. Puede que estén interesados en llegar a su destino, pero se resisten, voluntariamente o no, a hacer los viajes necesarios, y sin estos, nadie llega a un nuevo destino.

Johann von Goethe, que fue poeta, novelista, científico, político, erudito, pintor y filósofo, aconsejaba a los demás: “Sea lo que sea aquello que crea o piense que puede hacer, empiece a hacerlo. La acción tiene magia, gracia y poder”.

Volvamos a ese proyecto que somos capaces de realizar pero que todavía no hemos empezando y empecemos hoy mismo a dónde nos lleva.

“La distancia no tiene ninguna importancia. Lo único difícil es dar el primer paso” dice la cultura nipona.

Es posible que no nos sintamos felices en nuestro entorno actual. Quizá sea este el momento de empezar ese proyecto que nos puede cambiar la vida.

Hagámoslo diferente y que sea un auténtico reto. Y que sea radical. Y por encima de todo, hagámoslo.

El mundo necesita más personas que hagan cosas en lugar de los que sólo saben cómo pueden hacerse y sólo hablan de ello.

 

Artículo escrito por Ignacio Pi, responsable global de Mediapost Group
Publicado en el nº 11 de la revista Ideas Imprescindibles