Robots sexuales: ¿el sexo del futuro ya está aquí?
La venta de sexbots o robots sexuales se ha disparado en 2018, sobre todo en países como Estados Unidos, Inglaterra y Francia. Se calcula que la industria de la tecnología sexual mueve cada año en el mundo más de 30 billones de dólares y que la venta de sexbots va a aumentar esta cifra. ¿Pero qué son exactamente los sexbots? ¿Y por qué hay personas que llegan a pagar hasta 60.000 dólares por uno?
El cine y la literatura de ciencia ficción ya han explorado el tema de las relaciones sexuales entre seres humanos y robots desde hace muchos años. Películas como “Blade Runner”, “Her” o “Ex-Machina” han profundizado en este controvertido tema, y más recientemente series como la sueca “Real Humans” y su versión angloamericana “Humans” han ahondado más en él. ¿Pero hasta dónde puede llegar el afecto a una máquina? ¿Y llegará un día en que los humanos puedan enamorarse de los robots?
Real Doll, la empresa pionera en la venta de muñecas sexuales
La empresa califoniana Real Doll fabrica muñecas sexuales desde 1997 y en 2016 decidió incorporar cabezas robóticas a sus muñecas. Las cabezas, que disponen de una avanzada inteligencia artificial, interactúan con el usuario a través de la voz y se pueden seleccionar diferentes opciones que afectan a su estado de ánimo o a su grado de desinhibición desde una app que se maneja fácilmente desde el móvil o la tablet. Su última creación se llama Harmony y puede comprarse en esta web. Las muñecas de Real Doll están fabricadas con silicona, pueden llegar a pesar más de 45 kilos y son tan realistas que incluso tienen dientes y lengua. Su proceso de fabricación dura entre dos y tres semanas y pueden distribuirse a cualquier lugar del mundo, aunque a veces la lista de espera puede alargarse a seis meses. El grado de personalización llega a tal extremo que el usuario puede elegir la personalidad de su muñeca sexual desde su app, decidiendo por ejemplo si prefiere que su muñeca sea tímida, reservada o extrovertida. Entre las preferencias físicas el usuario también puede personalizar el color de piel, el peinado o el tamaño de los pechos.
Según Matt McMullen, fundador y CEO de Real Doll, “las muñecas robotizadas son mucho más que una fantasía sexual, en realidad son una compañía para muchas personas que se encuentran solas y que tienen problemas para establecer relaciones. Y sólo por eso se merecen una oportunidad”.
Los sexbots plantean nuevos dilemas morales
La inteligencia artificial abre nuevos horizontes a la industria de las muñecas sexuales planteando nuevos dilemas éticos, morales y religiosos. Ya existen psicólogos especializados en sexualidad que defienden el uso de robots sexuales. Es el caso de la psicóloga Laurie Bennet-Cook o de la terapeuta sexual Holly Richmond, ambas afincadas en New Jersey y que se los recomiendan a muchos de sus pacientes. Ambas subrayan los beneficios del uso de estos robots para las personas que presentan dificultades para relacionarse. Sin embargo no son pocas las voces que ya empiezan a alertar de los peligros que se esconden en esta práctica. Kathleen Richardson, profesora de Ética y Cultura de la Robótica y de la Inteligencia Artificial de la Universidad de Monfort en Leicester (Reino Unido), lidera una campaña contra los robots sexuales. Según Richardson, “detrás de los sexbots se oculta la insidiosa idea de que los seres humanos no necesitamos la compañía de otros seres humanos. Los sexbots son una derivación de la pornografía, que se basa en una visión misógina del mundo, donde el hombre es superior a la mujer, y que tiene graves consecuencias reales que todos conocemos, como el maltrato a las mujeres o las violaciones. Los sexbots nos conducirán a un mundo donde los hombres tratarán a las mujeres como objetos”.
Sin embargo, también está aumentando el número de mujeres que adquieren robots con rasgos masculinos, lo que evidencia que el fenómeno no sólo está afectando a los hombres.
La soledad, un grave problema de nuestro tiempo
La soledad aparece como la principal razón que lleva a muchos hombres a adquirir sexbots. Las dificultades para relacionarse, sobre todo a partir de una edad madura, el fracaso de anteriores relaciones, y las largas jornadas laborales convierten a los sexbots en una alternativa sintética que puede cubrir el vacío que deja una mujer “de carne y hueso”. Los clientes de muñecas sexuales suelen ser hombres solitarios, que les cuesta conectar con otras personas, y que ven en las muñecas sexuales la posibilidad de hacer realidad una fantasía sexual. Pero para algunos puede llegar a ser mucho más que eso, convirtiéndose en una compañera que les ayuda a combatir su soledad y en la mayoría de los casos a envejecer. ¿Hacia dónde nos llevará el fenómeno de los sexbots? ¿Vamos hacia un nuevo modelo en las relaciones personales? ¿Y cómo será el sexo en el futuro?