Proyecto 1649: la otra historia de Estados Unidos
La historia de Estados Unidos es un viaje a la democracia y la libertad. Pero también es una historia sobre racismo y esclavitud. En la actualidad, los afroamericanos representan el 16% de la población estadounidense, pero a la mayoría de ellos se les ha negado una parte de su pasado. Muchos desconocen su país de origen. Y algunos de los más mayores incluso desconocen la identidad de sus abuelos. Este vacío histórico y emocional supone sin duda una pieza clave del puzzle que constituye un país tan complejo y diverso como Estados Unidos. El Proyecto 1619 es una iniciativa desarrollada por The New York Times Magazine con el objetivo de reescribir la historia del gigante norteamericano y resaltar la contribución de los esclavos negros a la construcción de Estados Unidos.
1941 – Ex esclava mulata en su casa cerca de Greensboro, Alabama.
El proyecto 1619: una revisión de la historia de Estados Unidos
En agosto de 2019, coincidiendo con el 400º aniversario de la llegada del primer barco con esclavos africanos a las costas de Virginia, The New York Times Magazine empezó a publicar una serie de artículos sobre la esclavitud en Estados Unidos.
El proyecto 1619 es una iniciativa de la periodista Nikole Hannah-Jones, redactora de The New York Times y conocida por su activismo en favor de los derechos civiles. El reportaje que inició la serie que pronto se convirtió en el proyecto 1619 le valió a Nikole Hannah-Jones un premio Pulitzer en el año 2020.
Esclavos cortando la caña de azúcar en la Isla de Antigua, 1823
En el proyecto, que ha generado numerosas controversias en Estados Unidos, participan historiadores como Matthew Desmond, profesor de Sociología de la Universidad de Princeton. El profesor Desmond afirma que “la esclavitud fue sin duda una fuente de riqueza extraordinaria. Antes del estallido de la Guerra de Secesión norteamericana, en la primera mitad del siglo XIX, en el valle del río Mississipi se concentraban más millonarios per cápita que en cualquier otro lugar de Estados Unidos”. La razón era simple. El uso de esclavos había convertido al cultivo del algodón en la principal industria del país. Ese factor permitió que la economía de Estados Unidos creciera por encima de otras economías mundiales y de paso legitimó el uso de la violencia contra la población negra. Según escribe el profesor Matthew Desmond en uno de los reportajes, en ese momento clave de su historia “Estados Unidos eligió la barbarie frente a la modernidad, y el totalitarismo frente a la democracia”. La historia de Estados Unidos empezó a escribirse con la sangre de los esclavos negros que llegaron de África.
La historia de Estados Unidos está escrita con la sangre de los esclavos negros
Cuatrocientos años después de la llegada del primer barco con esclavos africanos a las costas de Virginia, parece que la historia de Estados Unidos continúa escribiéndose con la sangre de la población negra. La brutalidad policial contra ciudadanos negros como George Floyd, Rodney King o Breonna Taylor han desatado una oleada de protestas callejeras que ha alcanzado su máxima expresión en ciudades como Minneapolis, Washington, Los Angeles, Atlanta, Las Vegas o Chicago. Es evidente que el debate sobre el racismo aún no se ha zanjado. Aunque es cierto que la sociedad norteamericana ha avanzado considerablemente en la igualdad de derechos, la crueldad del racismo sigue aún muy presente en Estados Unidos. Pese a que la esclavitud fue abolida en 1863 con la Proclamación de Emancipación de Abraham Lincoln, y se materializó dos años más tarde con la Decimotercera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, los derechos de la población negra siempre han estado más limitados que los de la población blanca. Hay que recordar que no fue hasta 1964 cuando el presidente Lyndon B. Johnson firmó la ley de Derechos Civiles, lo que significó el fin de la segregación racial. En otras palabras, hace sólo 56 años que los blancos y los negros pueden subirse al mismo autobús, estudiar en la misma universidad o cenar en el mismo restaurante. Para los más jóvenes puede parecer mentira, pero el racismo está muy arraigado en la sociedad estadounidense. Y muchos agentes de policía no son ajenos a este pasado tan vivo y tan presente.
El proyecto 1619 pretende poner en valor el papel de la población negra en la construcción de Estados Unidos, otorgando a los trabajadores esclavos un lugar esencial en la historia del país.
Sin duda aún queda mucho camino por recorrer. Reconocer la contribución de los afroamericanos es un deber para los historiadores y los educadores estadounidenses. Iniciativas como el Proyecto 1619 pueden acelerar este proceso y ayudar a desterrar el racismo de la vida de los estadounidenses.