Los problemas y su correcta perspectiva
Por razones que no tienen sentido, multitud de personas creen que sus problemas son mucho más graves de lo que son en realidad. Tendemos a pensar que las personas que nos rodean tienen una vida mucho más fácil que la nuestra.
Sócrates ya dijo que “si todas nuestras desgracias se colocaran en un montón común, de donde todos debieran sacar una porción igual, la mayoría de las personas se contentaría con tomar la suya y marcharse”. Es posible que nuestros problemas nos parezcan reales e importantes y lo deben ser hasta cierto punto. Sin embargo, la gravedad de nuestros problemas es cuestión de perspectiva, y eso hace que la gran mayoría de ellos se vuelvan insignificantes. Una de las razones por la que las personas tenemos dificultad de enfrentarnos a los problemas, es que no nos paramos a preguntarnos lo serios que son, en realidad, esos problemas. Las mentes tienen tendencia a exagerar los acontecimientos negativos a expensas de nuestra propia felicidad. A todos nosotros nos ha ocurrido que, cosas que en el pasado pensábamos que eran importantes, se han ido desvaneciendo en importancia hasta el punto de quedar en nada. Y muchas de ellas jamás lo fueron.
¿Cuántos problemas que nos hacen perder el sueño, pueden estar en esa categoría? Cuando nos surge un problema lo mejor es colocarlo en la perspectiva adecuada y para reducirlo a la mínima expresión, deberíamos detenernos para visualizar la imagen de conjunto y así seguramente quedarán como menos significantes o irrelevantes en comparación al funcionamiento de lo que realmente es importante. Si colocáramos nuestros problemas en la perspectiva adecuada, los veríamos como retos y como decía el escritor Richard Bach: ”no existe un problema que no vaya acompañado de un regalo”.
Artículo escrito por Ignacio Pi, responsable global de Mediapost Group
Publicado en el nº 10 de la revista Ideas Imprescindibles