Esos pequeños héroes: niños en emergencias
Saja tiene 12 años y lleva más de 3 desplazada en Aleppo (Siria), desde que una bomba destruyó su hogar. Aquel día, Saja perdió su casa, a muchos amigos y su pierna izquierda. Pese a todo eso, se esfuerza por seguir estudiando, juega al fútbol, y es capaz de transmitir esperanza, coraje, y aún más asombroso, una gran dulzura, con sus palabras, su mirada y una preciosa sonrisa.
Harko también tiene 12 años y vive en la región etíope de Oromía. El año pasado tuvo que abandonar la escuela para dedicar el día entero a buscar agua caminando más de cuatro horas desde su casa. La sequía asociada al fenómeno de El Niño puso a su Harko, su familia y muchos otros niños en Africa Meridional en riesgo de desnutrición y privados del derecho a la educación.
Al igual Saja y Harko, millones de niños y niñas terminaron 2016 y han iniciado 2017 en lugares donde los conflictos o los desastres naturales amenazan sus vidas y limitan sus oportunidades de futuro.
Millones. Tantos como 535. Uno de cada cuatro niños en el mundo. Millones de niños y niñas creciendo entre violencia, escasez y privaciones. En. Millones de vidas oscilando entre el miedo y la esperanza, luchando por crecer y ser niños en los entornos más hostiles, obligados a huir de sus hogares y convertirse en refugiados para salvar la vida, o enfrentados a la falta de agua, alimentos, escuela o atención médica, y aún así, emocionados si pueden volver a una escuela instalada bajo una lona y agradecidos por un espacio donde cantar o dibujar.
Como cada año, UNICEF publica su informe de Acción Humanitaria para la Infancia. Un recorrido devastador por los lugares del planeta donde es más difícil ser niño: Yemen, Siria, Irak, Haiti, Afganistán, Sudán del Sur, Ucrania, Grecia, Nigeria, Chad… y así hasta 48 países. Lugares donde conservar la ilusión, la esperanza y las ganas de aprender constituye un acto de heroísmo. Y donde millones de niños, millones de pequeños héroes, necesitan nuestra ayuda.
En el año 2016, la respuesta de UNICEF en emergencias ayudó a muchos niños a mantener viva esa ilusión. Más de 9 millones de niños recibieron vacunas contra el sarampión, 2,3 millones recibieron apoyo psicológico, 6,2 millones tuvieron la oportunidad de volver a la escuela, y más de 13 millones de personas recibieron agua para beber, asearse y cocinar. En 2017, necesitamos 3.300 Millones de dólares para seguir vacunando a los niños, tratando casos de desnutrición, repartiendo material escolar, facilitando acceso a agua y a baños seguros, identificando a niños solos y reuniéndolos con sus familias, … .
Es una tarea ingente, y a veces peligrosa. Los equipos de UNICEF y sus familias, como los propios niños, se exponen a la violencia en lugares como Siria, Iraq, Yemen, Nigeria o Sudán del Sur, el acceso a los niños más vulnerables es un reto constante, y a veces es muy frustrante ver que, ante crisis nutricionales en Chad, Niger, flujos crecientes de refugiados que huyen de Siria, Nigeria, o Burundi, o emergencias olvidadas en Afganistán y República Democrática del Congo, los recursos humanos y materiales son insuficientes. Y sin embargo, no existe ninguna tarea que sea más necesaria y motivadora.
Niños como Saja, Harko y muchos otros se enfrentan a diario a las bombas, el hambre, el frío o las enfermedades. Y, como los pequeños grandes héroes y heroínas que son, sobreviven, se sobreponen al dolor, y siguen adelante. Este informe, como este artículo, es sólo un recordatorio, para no olvidarles, para contagiarnos de su coraje y para seguir apoyándoles, llevando vacunas, libros, esperanza y sonrisas.
Artículo escrito por Blanca Carazo Pérez • UNICEF COMITÉ ESPAÑOL
Responsable de Programas de Cooperación y Emergencias
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