Las crisis son cambio
Dicen que las “crisis” son como los seres, nacen, crecen, llegan a su madurez, decaen y desaparecen. También dicen que son siempre en modo de ciclo, es decir, que mantienen unas constantes y unas etapas y que cuando te afectan te someten al ciclo, pero no todos los afectados lo son en la misma etapa.
También dicen que cuando hay una crisis afecta a todos y todos reaccionan, suele aprovecharse para limpiar, ordenar, reorganizar y sobre todo para cambiar, porque se tiene la sensación de que si no cambias te tragará la situación.
Cuando sufrimos una crisis personal nos sentimos muy pequeños, nos menospreciamos, por eso los demás también nos ven pequeños; igual les ocurre a las empresas, con las crisis se hacen más pequeñas, muchas desaparecen, otras nacen y otras se fortalecen, se hacen grandes.
Siempre pensamos que es el momento más grave, porque nos afecta, tendemos a olvidar otros y sobre todo si no los hemos vivido. La frase “la crisis es doble: bancaria y económica al mismo tiempo, el PIB ha caído un 10% en sólo seis años y la mitad del sistema bancario ha quebrado” parece reflejar la situación actual, pero no, es una frase de la España de 1860, regida por Isabel II.
El paralelismo de aquella crisis con la actual es tremendo, se inició igual, con su Lheman Brothers, en este caso fue Gurney & Co; la entidad declaraba su bancarrota en mayo de 1866 con una jornada de caos bautizada como el “viernes negro” y contagió un pánico que se extendió por todo el continente.
Esta crisis sirvió a nuestro país para reforzar su sistema financiero, pero también requirió la intervención del Banco Central. En aquella época, como en esta, el sistema bancario se embarcó en una inversión especulativa, entonces no fue en el ladrillo fue en los ferrocarriles.
El paralelismo es total, igual que hoy tenemos casi 26 millones de viviendas para 17 millones de familias, una tasa de 1,55 viviendas por familia, entre las más altas del mundo y además el 86% en propiedad, entonces se construyeron más kilómetros de vías férreas que en muchos países europeos, se pasó de 440 kilómetros en 1855 a 4.800 kilómetros entre 1856 y 1866. El símil es igual, se especula hasta hacer reventar el sistema, se generaliza la corrupción, se concentra el riesgo, escasa regulación y un sistema financiero de pequeños bancos muy descentralizado que favorece la manipulación de poderes locales.
Ocurrió lo mismo, bancarrota de las principales entidades bancarias, se liquidó el 40% del sistema financiero español. Hoy, de las 45 entidades financieras cajas de ahorro que había, sólo 17 siguen adelante.
De aquella crisis se salió con la intervención del Banco Central que aumentó de 30 a 50 millones de pesetas su emisión de fondos y acudió a los mercados internacionales para poder restablecer prestar dinero, porque fue el crédito el que logró detener y reactivar la economía, después, mediante la emisión de deuda, logró atraer inversiones de capital internacional y se consiguió restablecer la confianza.
Dos situaciones muy parecidas, la actual pendiente de resolver, pero saldremos de esta crisis y veremos otras, porque es el cambio el que rige el cosmos, así lo dejó dicho Heraclito contradiciendo a Parménides.