La herencia digital: la protección post mortem de nuestros datos
¿En qué consiste la herencia digital?
¿Cómo administrar la herencia digital?
Cuando alguien fallece, sus cuentas online, sus perfiles en las redes sociales y sus datos en Internet le sobreviven. En la inmensa mayoría de los casos, las personas fallecidas suelen ser las únicas que conocen sus contraseñas y no se puede acceder a esa información. Por eso a sus familiares les resulta muy difícil administrar ese patrimonio digital post mortem.
En la actualidad cada vez son más los expertos que recomiendan regular en vida el patrimonio digital. De hecho ya existen compañías especializadas que asesoran a sus clientes para que registren sus voluntades en un testamento digital. Es el caso de Mi Legado Digital, una compañía insurtech, es decir una empresa aseguradora tradicional que utiliza nuevas tecnologías, como blockchains o big data. En la actualidad Mi Legado Digital cuenta en España con más de un millón de clientes, sobre todo usuarios que pertenecen a compañías aseguradoras y, que tienen contratado este servicio, muchas veces sin saberlo, como una garantía adicional en su póliza. Estas empresas ofrecen una respuesta integral a las nuevas necesidades legales asociadas al consumo de Internet, incluyendo el testamento digital. En el caso de Mi Legado Digital, ofrecen un producto denominado Testamento Inteligente.
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¿En qué consiste un Testamento Digital?
Un testamento digital es una herramienta legal que permite al firmante expresar todas sus voluntades sobre su presencia en Internet. Se puede realizar telemáticamente y en cualquier momento. El testamento digital además garantiza la protección de derechos tan fundamentales como la imagen, la salud, el honor, el secreto o la intimidad. El testamento digital debe formalizarse ante notario y es 100% compatible con el testamento notarial.
En el testamento digital figuran las contraseñas de las cuentas de correo, sitios web, blogs, redes sociales, sistemas de almacenamiento y suscripciones online del testador. En el documento debe preverse además que puede suceder con toda la información de carácter digital del firmante.
En el testamento digital debe quedar reflejado qué quiere el testador que se haga, una vez que ya no esté, con sus archivos digitales y perfiles sociales. Se puede elegir entre conservarlos, cancelarlos o remitirlos a familiares.