¿Has oído hablar del movimiento “Woke”?
El término “Woke” se ha asociado en los últimos años a diversos movimientos sociales que han surgido en Estados Unidos. Su origen se encuentra en la comunidad negra, que comenzó a utilizar la palabra “Woke” para describir a las personas que, según su opinión, habían despertado (“wake up” en inglés) y se ponían en guardia para luchar contra las injusticias raciales. A partir de ahí, el término “Woke” se ha interpretado de formas contradictorias y ha originado numerosas divisiones. Ahora llega a Europa y parece que también va a dar qué hablar. ¿Quieres saber en qué consiste?
Las diversas definiciones del movimiento “Woke”
Según varias versiones, el término “Woke” fue acuñado por el novelista afroamericano William Melvin Kelley, que tuvo un cierto éxito entre la comunidad negra durante la década de los sesenta. Su novela “Un tambor diferente”, publicada en 1962, en plena época de la segregación racial, intentaba denunciar la vulneración de derechos que sufría la población negra en Estados Unidos. El título de la novela se inspiró en la doctrina de Henry David Thoreau, un filósofo estadounidense del siglo XIX: «Si un hombre no desfila al paso de sus compañeros será quizá porque oye el ritmo de un tambor diferente».
Sin embargo existen otras opiniones sobre el origen de la palabra “Woke”. Algunas versiones afirman que la primera vez que se utilizó el término fue en la década de los cuarenta, como una llamada al activismo sindical. Desde entonces, la expresión “stay woke” (permanece alerta) se ha ido extendiendo entre la comunidad negra como un grito de resistencia. Martin Luther King la utilizó en su discurso “Remainig Awake Through a Great Revolution” (Permanecer despierto a través de esta gran revolución”.
Pero la gran eclosión del uso del término “Woke” llegó en 2013 con la irrupción del movimiento “Black Lives Matter”, tras la muerte de Trayvon Martin en Florida tras un acto de brutalidad policial.
Desde entonces, el término “Woke” se ha asociado con los movimientos políticos progresistas que enfatizan la política identitaria principalmente de tres colectivos: las personas LGTBI, la comunidad negra y las mujeres.
El Diccionario Oxford aceptó la palabra “Woke” en 2016 y la definió como “alerta ante la injusticia en la sociedad, especialmente el racismo”. Por su parte, el Diccionario Merriam-Webster califica “Woke” como slang, una jerga estadounidense, y define su significado como “persona consciente y atenta a hechos y cuestiones importantes, sobre todo temas relacionados con la justicia racial y social”.
El movimiento “Woke” genera una gran confusión
Hasta ahí todo parece fácil de entender. Sin embargo, el término se ha ido interpretando de forma distinta, en función del lugar donde se utiliza, incluyendo fuera de las fronteras de Estados Unidos. Por ejemplo, Evan Smith, profesor de la Universidad Flinders de Australia y autor del libro “No Platform: una historia del antifascismo y los límites de la libertad de expresión”, declaró en una entrevista a CNN que en Reino Unido, el término “Woke” se utiliza para “describir todo lo que antes podría definirse como políticamente correcto”.
En la actualidad muchos políticos y periodistas, tanto de la derecha como de la izquierda, emplean el término “Woke” de forma peyorativa para criticar los excesos acontecidos en algunas protestas sociales que reclamaban mayor justicia social.
En Reino Unido la confusión se evidencia cuando se observa que el término “Woke” se utiliza hoy en día para describir una gran variedad de ideas relacionadas con la injusticia social: antirracismo, feminismo o transexualidad.
Por su parte, en Francia muchas personas perciben el movimiento “Woke” como una importación norteamericana muy negativa de teorías sobre la raza, el poscoloniasmo y el género. Para los más conservadores, supone un riesgo para los valores y la identidad franceses. En una entrevista al canal Bloomberg, la ministra de Diversidad del gobierno de Emmanuel Macron afirmó que “el movimiento Woke es muy peligroso y no deberíamos importarlo en Francia”.
Por regla general, en muchos círculos europeos se percibe el movimiento “Woke” como una amenaza que llega de Estados Unidos y que puede socavar los valores tradicionales del Viejo Continente. Según sus detractores, el movimiento “Woke” enfrenta y divide a la población y ya se ha introducido peligrosamente en ciertos círculos mediáticos y políticos. Para sus defensores, la resistencia al movimiento “Woke” alimenta el populismo y ayudó a llevar a Donald Trump a la Casa Blanca.
Capitalismo Woke y Woke Washing
En torno al año 2015, el término “Woke” se introdujo en los medios de comunicación y el sector del marketing. El analista político norteamericano Ross Douthat acuñó el término “capitalino woke” para señalar a las marcas que usaban mensajes progresistas para atraer a los consumidores más jóvenes, sobre todo a los millenials, que a menudo presentan posiciones más abiertas que las generaciones anteriores ante temas como la orientación sexual, la desigualdad o el racismo.
Las investigadoras especializadas en identidad de género, Akane Kanai y Rosalind Gill, coinciden en describir el capitalismo woke como la tendencia a utilizar grupos marginados en campañas publicitarias con la intención de lanzar mensajes de empoderamiento. Precisamente la sobreexposición de estos grupos puede provocar un rechazo a sus legítimas peticiones de igualdad, convirtiéndoles en meros instrumentos al servicio de un sistema económico que los utiliza en su beneficio.