Greenwashing: ¿todo vale con tal de vender?
¿Es sincera la preocupación de alguna empresas por el medio ambiente o es puro postureo? ¿Es ético desarrollar políticas de responsabilidad medioambiental al tiempo que se mantienen modos de producción altamente contaminantes?
Qué es la estrategia del Greenwashing
Vivimos en un mundo amenazado por las consecuencias del cambio climático y por la degradación medioambiental. Por esta razón, algunos individuos se dejan persuadir por las marcas que publicitan productos beneficiosos para la naturaleza y nuestra salud, aunque en el fondo no los sean.
No todo vale a la hora de captar un nicho de mercado, ya que puede volverse contra ti a la larga. El Greenwashing es una estrategia de Marketing cuyo objetivo es mostrar que los productos y servicios de una empresa son respetuosos con la naturaleza. Además, se refiere concretamente a aquellas que no son sinceras con los procesos de producción o con su repercusión con el entorno. En este sentido, no se trata más que de un lavado de cara de ciertas compañías para poder captar un público concienciado con las políticas verdes.
En la mayoría de ocasiones que se emplea este término, el motivo es para referirse a estrategias poco éticas. Nos referimos a procesos o negocios que no favorecen la sostenibilidad, pero que sí utilizan estrategias comunicativas verdes.
Se trata de un engaño al consumidor, ya que la empresa publicita una falta responsabilidad social. El cliente se decide por un producto o servicio adaptado a sus ideales, cuando en realidad no forma parte de la cultura de la compañía.
Cómo funciona una estrategia de Greenwashing
Cada empresa que adopta una falsa actitud de concienciación con el planeta emplea distintas estrategias de comunicación. A continuación, te vamos a comentar algunas de las más populares para que las conozcas.
1. Diseños basados en el color verde.
Para muchos, el verde es el color de la esperanza. No obstante, a día de hoy lo es sin duda del medioambiente. La población asocia logos y diseños verdes con productos y servicios responsables con el entorno. De esta forma, algunas marcas nos incentivan a consumir, ya que percibimos que los efectos nocivos de nuestra acción serán menores.
Las corporaciones tratan de revestirse de este halo con sus estrategias de marketing verde. Lo podemos caracterizar en aquellas campañas publicitarias que se apoyan en el mencionado color o en entornos naturales.
2. Atacar al subconsciente
Al revestir los productos con las estrategias de marketing verde, los consumidores los asocian a otros productos ecofriendly similares. La producción la percibimos como responsable y sostenible, cuando la realidad es otra bien distinta. Los logos y eslóganes suelen utilizar fuentes, formatos y diseños basados en los entornos naturales.
3. Publicitar sus obligaciones legales como acciones reivindicativas
Según el país donde nos encontremos, la normativa vigente obliga a muchas empresas a contener las emisiones de CO2. También, a ser respetuosos con las leyes medioambientales y a garantizar la correcta eliminación de los residuos.
En este sentido, estas empresas están obligadas por ley a producir de este modo sustentable. Sin embargo, en sus estrategias de comunicación explican a su público que sus medidas son ecológicas. Es una forma de hacernos creer que sus obligaciones legales son, en realidad, unas acciones reivindicativas.
Greenwashing ¿Todo vale?
Al final, el Greenwashing refuerza la imagen de marca y hace que lleguemos a un público concienciado con el medioambiente. No obstante, a largo plazo, estas estrategias basadas en datos sesgados y falsas afirmaciones pueden revertirse en nuestra contra. Si algún usuario o institución destapa estas estrategias de comunicación, la imagen empresarial quedará mermada.
Las ventas comenzarán a decaer, ya que los usuarios concienciados dejarán de consumir estos productos y servicios. Por otro lado, aquellos neutrales comenzarán a percatarse que con sus acciones degradan la naturaleza, por lo que pueden acabar optando por otras más ecofriendly.
De este modo, no todo vale a la hora de sumarse a la moda de lo verde. Es mejor ocultar los procesos de producción contaminantes y apostar por otros valores de la marca. Tan solo es buena idea mostrarse como una empresa ecofriendly si de verdad lo eres.