El momento de reinventaRSE
No hace ni dos meses que vivíamos sin parar. El mundo se movía a tal velocidad, que no nos permitíamos parar ni a pensar. Y, aunque sabíamos que había cosas que cambiar, la inercia y la velocidad a la que nos veíamos impuestos nos impedía virar la dirección hacia otros modos de actuar, al menos con la agilidad que necesitábamos.
Recibíamos información alarmante sobre el impacto de la crisis climática, datos escalofriantes sobre la migración forzada generada por la misma; sobre muertes prematuras provocadas por la mala calidad del aire, que alcanzaban órdenes de magnitud de 4,2 millones de personas al año según la OMS, más 400.000 solo en Europa; datos sobre el incremento continuo, año tras año, de las emisiones de CO2 a nivel mundial, al igual que el incremento continuo y peligroso de la temperatura media del planeta y del nivel del mar; información que nos mostraba cómo en julio de 2019 habíamos consumido todos los recursos naturales que el planeta podía generar en todo el año, y como los residuos generados por dicho sobreconsumo, acababan contaminando ríos, mares, océanos y zonas fértiles, destruyendo la biodiversidad.
Sin embargo, aunque muchos, a título individual o de forma colaborativa, establecíamos proyectos e iniciativas para minimizar nuestro impacto, ha sido el famoso y temido COVID-19 quien nos ha parado y nos ha hecho pensar, a algunos incluso quitándoles la respiración por el miedo a la incertidumbre, y también, al fin, ha permitido al planeta tomarse un respiro.
Somos conscientes de que, por el COVID-19 nos encontramos ante una crisis sanitaria, pero bajo la que subyace una crisis económica, una crisis social y la ya comentada crisis ambiental, que hace que tengamos una crisis de mayor envergadura: una crisis de sostenibilidad del sistema tal y como lo conocemos.
Porque si algo nos está enseñando el COVID-19 es nuestra “vulnerabilidad” y la de los sistemas actuales a todos los niveles, y esto marcará un antes y un después en nuestro día a día, en los procesos, organizaciones, empresas y países.
Por respeto a todas las personas a las que esta situación les está impactando bruscamente, sería insensible afirmar, sin más, que toda crisis conlleva una oportunidad, aunque la historia nos lo esté continuamente demostrando. Al fin y al cabo, crisis se define como “un cambio profundo de una situación” y uno de sus sinónimos es la palabra “compromiso”, que, aunque con acepción distinta, será una de las claves para determinar el resultado de dicho cambio profundo. Porque tenemos que ser conscientes de que estamos en un punto de inflexión, donde que el resultado del cambio profundo sea mejor o peor, dependerá de lo que empecemos a considerar “esencial”, de nuestro compromiso y de nuestra capacidad para adaptarnos a dichos cambios.
Ahora más que nunca será necesario ser sostenible económica, ambiental y socialmente.Es clave ser conscientes de que debemos de seguir gestionando la crisis climática y no retroceder en los compromisos adquiridos con la sostenibilidad económica, social y también ambiental, ya que de ello dependerá nuestro futuro y el que no provoquemos una crisis mayor.
May López Díaz
Directora de Desarrollo Empresas por la Movilidad Sostenible
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