El Efecto Dunning-Kruger: el síndrome del cuñado

El Efecto Dunnning-Kruger es un fenómeno conocido en psicología que establece que ciertos individuos con escasos conocimientos y habilidades limitadas se consideran superiores a otras personas más inteligentes y más preparadas que ellos al experimentar una especie de complejo de superioridad. El Efecto Dunnning-Kruger debe su nombre a dos psicólogos de la Universidad de Cornell (Nueva York, EEUU) llamados David Dunnning y Justin Kruger, que fueron los primeros que demostraron este fenómeno en 1999, año en el que publicaron los resultados de sus experimentos en la revista Journal of Personality and Social Psychology.

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La causa del Efecto Dunning-Kruger: cómo desenmascarar a un incompetente

La causa del Efecto Dunning-Kruger se encuentra en una inhabilidad cognitiva que presentan ciertas personas a la hora de reconocer su propia ineptitud. A su vez, los individuos más competentes suelen asumir equivocadamente que otras personas, manifiestamente menos competentes, son más capaces e incluso más inteligentes que ellos. El refranero español es sabio: «La ignorancia es la madre del atrevimiento».

Bertrand Russell, uno de los filósofos más influyentes del siglo XX, ya afirmó hace algunas décadas que “uno de los dramas de nuestro tiempo reside en que aquellos que sienten que tienen la razón son estúpidos y que la gente con imaginación y que comprende la realidad es la que más duda y más insegura se siente”.
Los experimentos realizados por Kruger y Dunning se centraron en áreas como la comprensión lectora, juegos como el ajedrez, deportes como el tenis o la conducción de vehículos. En todos los casos, los resultados demostraron que «la ignorancia proporciona frecuentemente más confianza que el conocimiento«. Una afirmación que ya estableció el mismísimo Charles Darwin un siglo atrás en sus trascendentales estudios sobre el origen de las especies.

Fuera de los laboratorios, el Efecto Dunning-Kruger se manifiesta en numerosas situaciones de la vida real. Basta con mirar un rato la TV para dudar de la competencia de algunos políticos, empresarios, intelectuales, tertulianos o presentadores de TV. El escritor Francisco Ayala afirmó que «la incompetencia es más dañina cuanto mayor es el poder del incompetente«. Seguramente en nuestro entorno laboral también se nos puede venir a la cabeza más de un caso al pensar en un alguno de nuestros jefes, clientes o compañeros de trabajo. ¿Se esconde una inhabilidad cognitiva bajo la prepotencia de los individuos “dominantes” y bajo la excesiva humildad de los individuos «dominados»?

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El efecto Dunning-Kruger puede ayudarnos a mejorar nuestras relaciones

Dunning y Kruger realizaron sus experimentos con estudiantes de la Universidad de Cornell que estaban matriculados en varias carreras del ámbito de la Psicología. Los investigadores sometieron a los estudiantes a varias pruebas relacionadas con materias como la gramática, el razonamiento lógico y el sentido del humor. Después de evaluar sus exámenes, les preguntaron si estaban de acuerdo con sus calificaciones. Los estudiantes considerados incompetentes afirmaron que su puntuación les parecía injusta y que se merecían una nota más alta, mientras que los estudiantes considerados más competentes estuvieron de acuerdo con la puntuación obtenida.

Las investigaciones de Dunning y Kruger demostraron cuatro hechos concluyentes:

  1. Los individuos incompetentes tienden a sobrestimar su propia habilidad
  2. Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer la habilidad de otros
  3. Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer su extrema insuficiencia
  4. Si los individuos incompetentes son entrenados para mejorar su nivel de habilidad, llegan a reconocer y aceptar su falta de habilidad previa

El Efecto Dunning-Kruger es categórico: los individuos más ignorantes tienden a considerarse más inteligentes de lo que son, mientras que los individuos con mayores conocimientos suelen ser más modestos a la hora de reconocer sus capacidades. Algunos investigadores afirman que para los incompetentes “el Efecto Dunning-Kruger” es un mecanismo de autoprotección, mientras que para los competentes se trata de una fórmula para normalizar sus capacidades y extenderlas también a los demás.

En resumen, la existencia del Efecto Dunning-Kruger puede ayudarnos a conocernos mejora a nosotros mismos, a entender la actitud de ciertas personas, tanto incompetentes como competentes, y puede ayudarnos también a mejorar nuestras relaciones con los demás.
En cualquier caso se hace necesaria una mirada más crítica hacia los expertos, eruditos y especialistas que se atribuyen la última palabra en cualquier debate. Recordemos las palabras atribuidas a Sócrates: “Sólo sé que no sé nada”.