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La dignidad humana

Vivimos en una época en la que disponemos de unos conocimientos y de unos recursos científicos, técnicos y económicos como nunca antes en la historia de la humanidad.

Y sin embargo, estos conocimientos y estos recursos no han sido suficientes para acabar con los problemas, sino que se han incrementado considerablemente en las últimas décadas. Y si no vamos al fondo de la cuestión, los problemas seguirán aumentando.

Lo que deberíamos preguntarnos, e intentar contestar, es: ¿por qué hemos llegado a esta situación? ¿Qué es lo que está fallando? Porque, como hemos dicho, conocimientos y recursos no faltan. ¿Dónde está el error? Yo estoy convencido de que la clave del problema es que hemos ido perdiendo de vista qué es el ser humano, y con ello también hemos perdido el sentido de la vida.

En los últimos siglos, con el desarrollo de la Ciencia, también se ha ido desarrollando una imagen materialista y mecanicista del ser humano y de la vida. Esa imagen podría resumirse en la siguiente afirmación: “El ser humano es un animal más evolucionado, al final de la cadena evolutiva, y que ha desarrollado una facultad de pensar, que le permite adaptarse mejor al medio y a las circunstancias”. Y También en la siguiente: “La vida es una lucha por la supervivencia, y en esta lucha sobreviven los más fuertes o los que saben adaptarse mejor”.

Bien, pues si juntamos estas dos premisas, lo que tenemos es que los seres humanos somos animales que luchamos entre nosotros para sobrevivir, y que en esta lucha, los más fuertes, o los más listos, o los más astutos, o los más corruptos, son los que salen adelante holgadamente, y el resto sobrevive como puede, o ni eso.

Esta es la clave del problema, se ha perdido la dignidad humana, se ha querido reducir al ser humano a la dimensión del animal, y al final se está consiguiendo. Y utilizo conscientemente la expresión dignidad humana, recordando y añorando a un autor italiano que marca el origen del Renacimiento, Pico de la Mirándola, que escribió un magnífico libro titulado Ensayo sobre la dignidad humana. Ahí nos habla del ser humano creado por Dios con la capacidad de la libertad, y de elevarse por encima de los otros reinos de la creación, no para destruirlos a su antojo, sino para continuar co-creando en la naturaleza. Bueno, él no lo dice con estas mismas palabras, pero esta es la idea. Y fijémonos en qué tipo de individuos comienzan a surgir en el Renacimiento: Leonardo da Vinci, Rafael, Miguel Ángel, y otros. Todo parecía augurar que realmente asistíamos al comienza de una nueva época, en la que el ser humano podía conocerlo todo, y podía dominarlo todo, y, en efecto, así era y así es. Pero esos grandes personajes se caracterizaban porque sus conocimientos lo abarcaban todo, eso era el Humanismo, la aspiración del ser humano al conocimiento global. Sin embargo, con el progresivo desarrollo de la Ciencia y de la Tecnología, la búsqueda del conocimiento se ha ido especializando, pero hemos perdido la visión global. Podemos analizar la composición química de la pintura de un cuadro de El Bosco, por poner un ejemplo, pero ya no somos capaces de comprender el significado de sus imágenes. Igual que ya no comprendemos el significado de las imágenes de las mitologías, de los cuentos de hadas o de las religiones. Y el problema no es solo que nos hayamos vuelto cada vez más ignorantes con las humanidades, el problema grave es que nos hemos vuelto arrogantes. No entendemos las humanidades, y por tanto las eliminamos de la educación. ¿Para qué sirven las humanidades?, preguntan algunos en tono despectivo. Pues sirven para hacernos más humanos, por eso se llaman humanidades, y si las eliminas de la educación, el resultado es que la sociedad se deshumaniza, y probablemente se animaliza.

Este es el problema que hoy tenemos planteado ante nosotros, nos estamos animalizando, pero con el agravante de que no tenemos el instinto que guía el animal, por eso estamos cometiendo los errores que causan tantos problemas a la humanidad y al planeta. En épocas de crisis como la actual, lo que se requiere es incrementar las humanidades en la educación, no eliminarlas. Educar es preparar al niño y al joven para que sean dignos, y para que respeten la dignidad de los demás.

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Y para que puedan desarrollar toda su dignidad humana, hay que mostrarles que todos los seres humanos tenemos tres grandes capacidades: 1ª) La Libertad, 2ª El amor, y 3ª La creatividad. Y digo capacidades, no habilidades o realidades, porque precisamente la educación, y toda la vida humana, son una oportunidad para trabajar en el desarrollo de esas capacidades, para que algún día se conviertan en realidad.

Es cierto que existen leyes naturales que limitan la libertad humana, pero hemos visto como el ser humano es capaz de descubrir esas leyes, de descubrir la verdad, y a partir de ese momento las leyes no le limitan. Es cierto que existe la ley de la gravedad, pero el ser humano ha descubierto también las leyes de la aerodinámica, y hoy podemos volar de las maneras más creativas. No nos saltamos las leyes, conocemos las leyes y nos movemos con ellas de forma co-creativa. Y lo mismo podríamos hacer con otros aspectos no físicos, por ejemplo psíquicos y espirituales.

Y ¿cómo explicar el amor desde las ideas darwinistas de lucha por la supervivencia? A lo largo de la historia de la humanidad, y hoy quizás más que nunca, ha habido millones de seres humanos que dedican su vida a cuidar a los demás por amor, incluso a dar la vida por otros. No todo es lucha por la supervivencia, no todo es egoísmo.

Y por último, para acabar de cuestionar o de desmontar esas teorías reduccionistas que han dado pie a una sociedad desestructurada, hablemos del arte. Si la vida es lucha por la supervivencia y adaptación al medio, pregunto: ¿por qué hacemos poesía? ¿Por qué componemos música? ¿Por qué construimos catedrales? ¿Por qué pintamos cuadros? Etc. ¿Qué tiene que ver la poesía, que surge al final de la cadena evolutiva, con la lucha por la supervivencia? Nada, hacemos poesía porque somos humanos, y lo mismo con todas las artes. Por eso son tan importantes las artes y todas las humanidades en general, porque no son necesarias desde el punto de vista de la supervivencia, porque corresponden al ámbito de la libertad. En las humanidades nos apartamos del ámbito de la necesidad, propio del mundo animal, y entramos en el ámbito de la libertad, del amor y de la creatividad. Y digo también del amor, porque cuando creamos algo, en el fondo lo hacemos porque lo queremos compartir con los demás.

Y lo que hemos demostrado que somos capaces de hacer en el ámbito de las artes y de las humanidades, ahora debemos hacerlo en el ámbito social y económico. Debemos humanizar la educación, y debemos humanizar la economía, solo así devolveremos al ser humano la dignidad que le ha sido arrebatada en los últimos tiempos.

 

Artículo escrito por Joan Antoni Melé

> Ver Conferencia “Una economía más humana” de Joan Antoni Melé
Publicado en el nº 12 de la revista Ideas Imprescindibles