CrowdLaw, la inteligencia colectiva al rescate de la Democracia

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En los últimos años las democracias occidentales están siendo amenazadas por factores tan diversos como la desconfianza de los ciudadanos, la corrupción, el ascenso de los partidos ultraderechistas, el corporativismo político o la desconexión con la población más joven. Desde numerosos estamentos sociales se demanda con insistencia un nuevo impulso que pueda fortalecer los sistemas democráticos y no pocas voces se han alzado exigiendo una urgente reinvención de la democracia para recuperar su esencia y ponerla realmente al servicio de los ciudadanos. CrowdLaw es una nueva forma de participación política que permite a la gente implicarse en diversas áreas de la esfera legislativa, y que utiliza las nuevas tecnologías para aprovechar el conocimiento de los ciudadanos para la mejora de la calidad de las leyes y las políticas.

Vivimos en pleno siglo XXI y sin embargo nuestras instituciones políticas son propias del siglo XIX. Esta afirmación es sin duda uno de los problemas fundamentales que padece nuestra democracia, según los ideólogos de CrowdLaw, un movimiento de regeneración democrática que nació dentro The GovLab, un centro perteneciente a la Universidad de Nueva York y cuya actividad se centra en la innovación política y cívica. Su directora Beth Simone Noveck es la principal impulsora de este movimiento.

Su propuesta llegó a oídos de la Fundación Rockefeller, que decidió organizar en marzo de 2018 un encuentro entre expertos internacionales en su Centro de Convenciones ubicado en Bellagio, una ciudad del norte de Italia, muy próxima a Suiza, para promover el intercambio de ideas sobre CrowdLaw. Las reuniones se centraron en el uso de las nuevas tecnologías para mejorar la calidad y la efectividad de las leyes y políticas públicas, a través de una mayor participación ciudadana.

Las conclusiones de aquellas reuniones dieron forma a 12 principios cuyo objetivo era introducir el uso de CrowdLaw en los parlamentos, haciendo un llamamiento a los políticos, expertos en tecnología y ciudadanos en general a formar parte de la creación de prácticas legislativas más abiertas y participativas. Esos 12 principios constituyeron el CrowdLaw Manifesto, una declaración de intenciones que resume las ideas fundamentales de este movimiento que parece decidido a revitalizar la democracia.

Esos 12 principios constituyeron el CrowdLaw Manifesto, una declaración de intenciones que resume las ideas fundamentales de este movimiento que parece decidido a revitalizar la democracia

CrowdLaw se basa en el crowdsourcing, un modelo distributivo que utiliza la inteligencia colectiva de las comunidades online para la resolución de problemas a través de una convocatoria abierta. Algunos ejemplos conocidos son las plataformas Change.org o Kickstarter. CrowdLaw utiliza este modelo para implicar a los ciudadanos en la creación de políticas públicas y leyes. Varias instituciones de todo el mundo ya han utilizado el CrowLaw, como el Ayuntamiento de México D.F. o el Ayuntamiento de Madrid, para solicitar ideas a sus ciudadanos.

Sin duda CrowLaw puede ser un poderoso revulsivo para vigorizar nuestra democracia, una institución que parece no gozar de muy buena salud en los últimos años. Aprovechando las nuevas tecnologías, CrowLaw puede convertirse en una herramienta muy útil para aumentar la participación ciudadana, sin importar la ubicación geográfica ni el tiempo disponible.