Resumen 23 marzo:
Salimos del albergue para llegar a Fiorenzuela, una etapa corta pues estamos cansados por las caminatas de los últimos días. La mañana es algo fría y el cielo esta nublado. Al poco cruzamos el puente que salva el torrente del Nure y en Pontenure paramos la marcha para fotografiar la iglesia y un monumento junto a ella. En Cadeo volvemos a parar para ver la iglesia y el Ayuntamiento y algo más adelante, en Roveleto, entramos en el santuario de la beata Virgene del Carmelo, gracias a la suore africana Irene que lo abre para que lo veamos. Tras mantener una emocionante conversación con ella, tras negarnos algo de comida en varios establecimientos, Fabio, el dueño del restaurante Dai Foresti, nos da dos paninis y sendos trozos de tarta con lo que solucionamos el “pranzo” de hoy. Luego acometemos los últimos kilómetros de la jornada y viendo más fabricas en funcionamiento y también abandonadas, llegamos a Fiorenzuela. Allí nos acogen en el albergue de la vía Francigena y su responsable, Giuliana, nos da un paquete de comida para la cena que también valdrá para el desayuno.
Resumen 24 marzo:
Hoy etapa corta, de unos 14 kilómetros hasta llegar Fidenza. Día otra vez primaveral, incluso caluroso para andar, y paisaje muy similar al de los anteriores salvo porque la extensión de los campos cultivados de cereal o alfalfa son ahora mucho más grandes. Seguimos como siempre la Vía Emilia coincidente unas veces con la S9 y otras con la S10, aunque a veces tomamos caminos o senderos apartados de la carretera. La carretera apenas tiene arcén y como el tráfico es muy intenso resulta a veces peligrosa, debiendo caminar atentos y con cuidado. Dejamos atrás Aleno y unos kilómetro más adelante hacemos un largo descanso que incluye estiramientos, oxigenación de los pies y refrescamiento de los mismos andando descalzos sobre la verde y húmeda hierba. Unos 3 kilómetros antes de Fidenza entramos en el restaurante L Sosta para pedir algo de comer y Sabrina nos dice que nos sentemos junto a una mesa, nos da la carta y comemos tres platos regados con vino del país. Tras la comida filmamos el local y le prometemos que mandaremos a Madrid una reseña para que salga en la pag. web. En Fidenza nadie nos da cobijo y nos instalamos en el albergo S. Donnino por 45€.
Resumen 25 marzo:
Ayer cenamos solo un poco de fruta y unos rábanos, lo mejor para descansar de tanta harina en una u otra forma. Hoy hemos salido con idea de hacer una etapa corta hasta Parma y estar descansados los próximos días para intentar algunas largas que nos lleven hasta Florencia antes del dos de abril y que Kiko se quede allí mientras yo tomo un avión a Madrid y asisto a la boda de una queridisima sobrina (como se ve está hablando Miguel). Día nublado y con parecido y monótono paisaje, llano, sin subidas o bajadas. Cruzamos un largo puente sobre un río y, tras una entrada que se hace larga y tediosa llegamos a Parma. En Cáritas nos dan albergue en el seminario y también dos vales para que podamos entrar en el “comedor del padre Lino”. Allí, con más de cien extracomunitarios y otros necesitados comemos muy bien y luego vamos a ver las iglesias de Parma, los mejores monumentos de la ciudad. A las siete estamos de vuelta en el seminario y, después de ésta pequeña crónica, nos acostamos sin cenar.
Resumen 26 marzo:
Como queremos hacer una etapa larga (Parma-Reggio Emilia), de unos 28 kilómetros, salimos muy temprano. El cielo está despejado y la temperatura es de 6 grados. El paisaje es similar pero las cascinas, casi todas viejas, tienen terrenos más pequeños que los últimos días. Los cultivos siguen siendo de cereales y alfalfa y la carretera junto a la que transitamos la SS9. Pasamos por Sant’Ilario d’Enza, Calerno, Gaida y Cadé, y en Cella, cuando se lo pedimos, Vincenzo, dueño del restaurante Cupido, nos sirve una tremenda comida de cuatro platos. Al levantarnos de la mesa y agradecerle su generosidad, nos señala un cuadro de Jesús diciendo que todo nos lo ha dado Él. en Reggio Emilia entramos en la iglesia de San Miguel Arcángel, que tiene su escultura en el centro fe la fachada y las de Gabriel y Rafael a ambos lados. Pedimos un lugar para domir y don Gianni le dice a Ezio que nos lleve al albergo y trattoria Haiti, de un feligres de su parroquia de nombre Angelo Giancipoli, donde nos atiende Ricardo y nos aloja en la habitación número 7.
Resumen 27 marzo:
Anoche participamos en una celebración de la Pascua, con procesión incluida, que dirigió don Gianni, el párroco que nos proporcionó el hotel.
Salimos muy temprano hacia Modena, nuestro fin de etapa de hoy. Día nublado hasta las diez de la mañana, luego luce el sol. El recorrido igual a los últimos, cascinas y cultivos en un terreno siempre llano. Al dejar Rubiera vemos unos silos de cemento muy grandes, posiblemente de una industria alimentaria. Luego pasamos un largo puente sobre el río Secchia y advertimos que los árboles cada vez están más reverdecidos y con más brotes. Dejamos a un lado Marzaglia y en Cittanova nos “instalamos” bajo la pérgola de una parada de autobús y damos descanso a los pies descalzandonos para oxigenarlos. Llegando a Módena, como todo está cerrado, entramos en un pequeño restaurante de esos que venden kebab y otras comidas tipo turco y pedimos algo para comer. El dueño se llama Oscar, es italiano y la ayudan Murat, (turco) y Aziz? (Iraní), y al momento nos preparan dos grandes platos con trozos de pizzas turcas e italianas junto a dos cervezas y unos pasteles de baklava. Mantenemos con ellos una larga conversación en la que se muestran muy conformes con nuestra caminata que dicen ser una forma de entender el mundo mucho más coherente que la alienante vida que todos normalmente seguimos. Vamos a pedir un lugar donde pasar la noche y el párroco del “duomo” lamenta no poder hacer nada pero nos da la dirección de un “ostello” el S.Filippo Neri donde se puede ir pagando poco dinero. Cuando llegamos allí la directora, Julia, nos acoge sin pagar nada. Una joven con un gran corazón. Estamos rendidos porque habremos hecho unos 30 kilómetros. A la ducha… y ya veremos si salimos a comer algo.
Besos para todos.