Buycotting: cuando comprar se convierte en un acto revolucionario

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Estamos en 1880. Charles Boycott es un administrador inglés que ha sido contratado por un poderoso terrateniente irlandés para gestionar sus propiedades en el condado de Mayo. La fama de déspota y explotador de Charles Boycott es de sobra conocida y pronto hace honor a ella. Las pésimas condiciones que Boycott impone a los campesinos, les arrastra pronto a una situación insostenible.

En una decisión sin precedentes, los campesinos deciden plantarse y dejar de trabajar, y en un sorprendente giro de los acontecimientos, muchos granjeros se unen a los campesinos y deciden no comprar las cosechas de Charles Boycott. Hasta los trabajadores del ferrocarril se niegan a transportar su ganado y el cartero del barrio donde vive Charles Boycott deja de llevarle la correspondencia. Los sucesos llegan hasta Londres y el periódico The Times acuña el término “boycotting” (boicotear) para definir este nuevo tipo de resistencia. El suceso se convierte pronto en un símbolo del activismo político y en una referencia para el movimiento obrero de finales del siglo XIX.

Ciento treinta y ocho años después, el concepto de “boicot” ha alcanzado una nueva dimensión y ha derivado hacia el “buycotting”, una versión inversa del boicot. El buycotting consiste en la compra activa de productos fabricados de forma sostenible y responsable. Los seguidores del buycotting realizan sus compras de forma consciente y ética y se informan concienzudamente para apoyar con sus decisiones de compra a empresas que protegen el medio ambiente y favorecen unas condiciones de trabajo dignas.

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Hasta ahora este comportamiento solía conocerse como consumo consciente o consumo responsable, pero cada vez son más las personas que lo identifican con el término “buycotting”. ¿Pero tiene realmente algún efecto este comportamiento en los procesos de producción de las empresas?

#GrabYourWallet es el nombre de una campaña que se lanzó en Twitter el 11 de octubre de 2016. La idea fue impulsada por Shannon Coulter, una consultora de marketing de San Francisco conocida por su activismo político. En aquel 11 de octubre de 2016 la campaña a la presidencia de los Estados Unidos enfrentaba a Donald Trump e Hillary Clinton. Unos días antes, el 7 de octubre, se había destapado el caso conocido como “Access Hollywood”, el Washington Post había publicado una cinta que desvelaba una conversación mantenida en 2005 entre el candidato Trump y el presentador de TV Billy Bush. En aquella conversación, Trump describía con todo lujo de detalles y un vocabulario machista y soez su intento de seducción a una mujer, en lo que muchas personas consideraron un acto de abuso sexual. A Shannon le produjeron tanta indignación las palabras de Trump que decidió hacer algo al respecto y tomó la determinación de no volver a comprar productos fabricados por las empresas participadas por el magnate norteamericano, incluyendo las de su hija Ivana. Además publicó en su perfil de Twitter una lista con todas las tiendas que vendían productos de las empresas de Trump en todo el territorio de Estados Unidos y utilizó el hashtag #GrabYourWallet, algo así como “agarra tu cartera”.

Coulter definió su iniciativa como un acto de decencia humana y cuyo fin era denunciar la falta de respeto que Donald Trump había mostrado hacia todas las mujeres. En febrero de 2017 dieciocho tiendas habían retirado los productos de la familia Trump de sus catálogos, entre ellas Shoes.com, Bellacor y Home Depot. La campaña iniciada por Shannon Coulter acaparó la atención internacional y fue citada por la revista Forbes como un boicot a los intereses de la familia Trump. El hashtag #GrabYourWallet había aparecido en más de 600 millones de tweets.

grab-your-wallet-activismoEs evidente que cuando los consumidores se unen y deciden boicotear a una marca, su poder puede llegar a ser inmenso. #GrabYourWallet marcó el camino a los miles de consumidores que creían que sus decisiones de compra pueden ser una poderosa herramienta para cambiar el mundo. Tras el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales, la fuerza de #GrabYourWallet no se debilitó y creció hasta convertirse en el núcleo del actual movimiento anti-Trump. Shannon Coulter publicó en Internet esta lista con todas las empresas que hacen negocios con la familia Trump. La lista ofrece además alternativas a los consumidores para realizar sus compras e incluso permite añadir comentarios y opiniones.

Desde entonces han aparecido en las redes sociales varias campañas que han utilizado el “buycotting” para denunciar las malas prácticas de algunas empresas, y marcas como New Balance o Starbucks ya han sufrido sus efectos. Para algunos analistas el “buycotting” puede ser muy beneficioso para la economía porque los consumidores tienden a comprar productos y servicios que apoyan los derechos de las minorías, la defensa del medio ambiente o la transparencia. El “buycotting” puede generar un ejército de consumidores activistas que lleve a los ciudadanos a comprar de forma más consciente y que fuerce a todas las empresas a actuar de forma responsable.