Carebots: ¿nuestros mayores en manos de robots?
El envejecimiento de la población es un hecho. La tendencia es implacable y en unos años crecerá la necesidad de aumentar los recursos que destinamos al cuidado de la población de mayor edad. El proyecto Carebot (Unidades Robóticas Inteligentes para la Actividad Asistencial Ambulatoria) tiene como finalidad el desarrollo de autómatas que realicen el servicio de acompañamiento de pacientes durante su periodo asistencial en un ambulatorio. Además, pretende que ese asistente robot lleve a cabo el seguimiento domiciliario para garantizar la asistencia y atención personalizada de los pacientes.
Aplicaciones de los carebots
El uso de carebots en la medicina asistencial supondrá un gigantesco paso hacia la automatización de la salud y, con ello, un ahorro económico considerable en la sanidad mundial. La inteligencia artificial y la investigación se ponen al lado de la medicina aplicando su tecnología en diferentes áreas. Aunque ello provoque al menos una ola de controversia y escepticismo.
Carebots sociales y para cuidado de las personas
Parece entonces que los robots diseñados para el cuidado de personas enfermas, solas o con algún tipo de demencia, como el Alzheimer, serán pronto una realidad. Sus altas capacidades les permitirán interactuar con los pacientes. Y para una interacción más realista, estos robots serán antropomórficos, es decir, tendrán un cierto aspecto humano.
Los avances de la inteligencia artificial la están acercando a desarrollar una capacidad importante para este tipo de robots, el procesamiento del lenguaje natural, cuyo propósito es permitir la conversación entre robots y humanos.
En vista del rápido envejecimiento de la población, se están incrementando los esfuerzos por parte de la ciencia de la robótica para crear robots sociales. Con sus funciones específicas, podrán supervisar y cuidar a personas mayores, así como ayudar a aquellas que tienen capacidades cognitivas deterioradas. ¿Cómo? Comprobando, por ejemplo, que estos pacientes siguen su tratamiento o cumplen con su rutina de higiene.
Estas son solo algunas de las tareas que se han dado a conocer por el momento, pero lo cierto es que la robótica puede abrir nuevas posibilidades al cuidado de los mayores.
Robots quirúrgicos
En el área de la cirugía laparoscópica, los robots están empezando a ser de uso generalizado. Estos sistemas funcionan de una forma muy exacta, permiten al cirujano realizar movimientos extremadamente precisos desde una terminal, que se traducen en un movimiento de la mano mecanizada. Incluyen, además, múltiples instrumentos y herramientas para operar mediante una única incisión laparoscópica en lugar de con las tres que venía siendo habitual en la cirugía manual.
Las últimas investigaciones se centran en lograr la visión tridimensional y, con ella, el reconocimiento automatizado de los órganos. De este modo, los cirujanos tendrán una visión real del interior del paciente.
Se incorpora a estos robots un feedback táctil, de forma que los cirujanos puedan apreciar la textura de los órganos y sus tejidos, si son duros o blandos. Esta función puede resultar decisiva, por ejemplo, para detectar tumores.
Sin embargo, la principal barrera o traba para la implantación de los robots quirúrgicos es el conservadurismo profesional. Son los cirujanos más veteranos los que se niegan a su uso, dado que llevan años operando de forma manual y prefieren seguir haciéndolo así. Posiblemente, las nuevas generaciones de profesionales aprenderán a operar de ambas maneras y la adopción de esta ayuda se generalizará.
Conflicto ético
La inteligencia artificial ha llegado para cambiar nuestras vidas. La robótica actual combina conocimientos derivados de la ingeniería informática, mecánica, electrónica y, sobre todo, de la neurociencia. La realidad es que pueden sustituir algunas funciones de trabajadores cualificados, pero ¿realmente podrán sustituir algún día a las personas? La polémica está servida. La necesidad de trabajadores cualificados hará que sea una opción muy defendida, pero la sensación de pérdida y sustitución movilizará a muchos detractores.
Por otro lado, el trato humano en la asistencia médica resulta indispensable, sentir la confianza en el profesional al recibir el diagnóstico y el tratamiento es importante para el ser humano. Sin embargo, después de la pandemia, la población se ha acostumbrado a las consultas asistidas de forma digital, y este puede constituir un primer paso para aceptar esa carencia emocional que puede significar el uso de los carebots.
También está demostrado que los mensajes positivos y empáticos ejercen un gran poder para la mejora del paciente y pueden incluso lograr que aminore el dolor. Sin embargo, la realidad es que ningún paciente va a curarse simplemente con palabras de apoyo. La pregunta es inevitable. ¿Será la ciencia capaz de dotar a los robots de empatía?
Un último desafío
Desde la perspectiva de la Inteligencia Artificial, la robótica centra sus capacidades en el procesamiento de datos y la toma de decisiones del software al mundo físico. La robótica y la IA se basan en técnicas de aprendizaje automático de datos recogidos en un periodo de desarrollo.
La visión del futuro a medio plazo de los carebots y de los robots en general prevé que el proceso de trabajo lo desarrollen aún dos participantes. El ser humano no será sustituido por completo porque todavía deberá revisar la actividad del robot. A largo plazo, gracias a este proceso de trabajo en equipo junto a las personas, los robots aprenderán a ser capaces de realizar estas tareas solos. Se trata del llamado aprendizaje colaborativo, un campo de la robótica que genera un enorme interés en la actualidad.