¿Qué es la violencia vicaria?
Es muy probable que ya hayas oído hablar de la violencia vicaria. O no. Por desgracia, en los últimos tiempos, hemos asistido a numerosas noticias relacionadas con este tipo de maltrato en nuestro país. Pero ¿en qué consiste realmente la violencia vicaria? ¿Cómo reconocerla y qué caracteriza a las personas que la ejercen?
La violencia vicaria: un tipo de violencia poco conocido
La violencia vicaria es un tipo de violencia ejercida en el ámbito familiar que se basa en infligir el mayor daño posible a la otra persona a través de un tercero. Habitualmente, esta tiene lugar en el seno de la pareja, y suele ser una forma de maltrato infantil. En el ámbito de la violencia machista, incluye estar presente durante los malos tratos ejercidos contra la madre, pero, también, el padecimiento de estos por parte del menor.
La violencia vicaria, en el ámbito de la pareja, se caracteriza por utilizar a los hijos como instrumento para causar daño a la madre. Estos daños implican un terrible sufrimiento unido a un gran sentimiento de culpabilidad por no poder defender a los menores. Estos casos se ven agravados por el hecho de que el agresor tiene total acceso al contacto con sus hijos, bien sea porque el matrimonio sigue conviviendo, o porque existe una separación con unas medidas que implican visitas semanales a esos hijos.
En este punto, es preciso destacar que este tipo de violencia es muy difícil de detectar por parte de las autoridades, sobre todo, debido a que muchas veces se basa en la manipulación de los menores, los cuales no son conscientes de las verdaderas intenciones de su progenitor.
Esta terrible situación es empleada por el agresor como mecanismo de control hacia la víctima; ante el conocimiento de lo que la otra persona es capaz de hacer, la otra parte suele ceder a sus pretensiones o, al menos, desiste de su idea de denunciar, por el miedo a lo que pueda pasar con sus hijos.
Por tanto, la violencia vicaria se define como toda aquella situación en la que se comete una agresión sobre un individuo en sustitución de otro, el cual es el objetivo real, y que tiene como único objetivo la venganza más cruel posible.
Causas de la violencia vicaria
En muchos casos, quien ejerce la violencia vicaria suele tener un profundo sentimiento de inferioridad y una baja autoestima que ocasionan una enorme frustración en el sujeto. Esta frustración puede aumentar con un hecho desencadenante, como puede ser una separación, y provocar conductas agresivas, manipulaciones, maltrato psicológico y todo lo que pueda causar el máximo daño en la pareja o expareja.
Este tipo de agresión continuada no es exclusiva del género masculino, ya que, en ciertos casos, es la mujer la que puede llegar a ejercerla, aunque, estadísticamente, suele darse más en los hombres.
¿Qué efectos tiene en los menores la violencia vicaria?
Para los menores que sufren esta situación, las consecuencias se dejan notar a todos los niveles, tanto físico como psicológico y emocional. Físicamente, pueden producirse agresiones que requieran incluso una hospitalización o, en los casos más trágicos, el fallecimiento del menor.
A nivel psicológico, las consecuencias también pueden ser devastadoras. El niño que vive en este ambiente y sufre estas agresiones puede llegar a ver mermada significativamente su autoestima. Además, disminuye su capacidad de concentración, puede registrarse una fuerte bajada del rendimiento académico y surgir una total desmotivación por cualquier tipo de actividad. En este contexto, puede aparecer un trastorno de estrés postraumático o trastornos de ansiedad y del ánimo, como la depresión.
En el ámbito emocional, disminuye la adquisición de habilidades sociales, la capacidad empática y de autocontrol, algo que puede llevar a la réplica de este comportamiento en el futuro.
¿Cómo puedo defenderme de la violencia vicaria?
Por desgracia, tal y como hemos mencionado un poco más arriba, es muy difícil demostrar esta situación, aunque no imposible. Cuando se trata de violencia de género en general, y vicaria en particular, es necesario que cooperen todos los organismos capacitados en el objetivo de frenar y defender de este terrible maltrato a los más débiles.
El 4 de junio de 2021, entró en vigor la Ley Orgánica 8/2021 de Protección Integral a la infancia y adolescencia frente a la violencia. Con esta resolución se pretende proteger, ante todo, los derechos de los menores, quienes, junto con la víctima, suelen ser los principales damnificados en estas situaciones, pues pueden arrastrar las secuelas de esta experiencia de por vida.
En conclusión, es fundamental que, en aquellos casos en los que se detecten indicadores de violencia vicaria hacia los menores, se actúe de manera eficiente y rápida con los medios necesarios para proteger su integridad a todos los niveles. De esta manera, podremos evitar llegar a las terribles situaciones que, por desgracia, han sacudido a la sociedad en los últimos años. ¿Conoces a alguien que pueda estar pasando por esta situación?