El efecto Lázaro
El efecto Lázaro es una metáfora basada en el personaje bíblico Lázaro de Betania. Como puede leerse en el Nuevo Testamento, cuatro días después de ser enterrado, Lázaro resucitó gracias a la intermediación de Jesús. No es la única leyenda que circula sobre seres que vuelven a la vida después de la muerte. Hay historias extraordinarias que hablan de humanos, animales y plantas que regresan a la vida. Te contamos algunas de las más interesantes.
Entre la vida y la muerte, ¿qué es el efecto Lázaro?
Aunque te sorprenda, el efecto Lázaro es un fenómeno real. De hecho, es un proceso que la medicina reconoce y denomina ROSC (retorno de la circulación espontánea y cuidados posparo cardiaco). Consiste en el retorno retardado de la circulación espontánea. Aparece después de intentar la reanimación cardiopulmonar y solo cuando el paciente recupera de manera natural la respiración y la circulación sanguínea autónoma. El corazón vuelve a latir.
En realidad ese efecto se denomina síndrome de Lázaro. Es un caso de resucitación. Otra acepción del efecto es la llamada taxón Lázaro. Se refiere a aquellos seres vivos (animales o plantas) que parecen haberse extinguido y que sin embargo reaparecen vivos después de un largo período de tiempo.
La literatura médica recoge por vez primera en 1982 el fenómeno de la reanimación automática. Fue el anestesiólogo Jack Bray quién le puso el nombre inspirándose en el «levántate y anda» que cita la Biblia. Desde entonces son muy pocos los casos Lázaro referenciados clínicamente. Aún hoy, la causa es un enigma.
No obstante, es curioso comprobar que todos los que han vivido esta experiencia tuvieron un procedimiento de reanimación cardiopulmonar básico o extracorpóreo en parada cardiorrespiratoria. Hombres y mujeres con ROSC no lograron sobrevivir mucho tiempo pero el 35 % de los declarados muertos por paro cardíaco volvieron a la vida. La última frontera.
El milagro de las especies Lázaro
En este caso no hay datos clínicos, leyendas ni parábolas. Es ciencia y naturaleza. Se les llama así a las criaturas animales o vegetales que creíamos desaparecidas – incluso durante millones de años – y que han sido vistas recientemente.
Redescubrirlas es un buen recordatorio de que la Vida (con mayúscula), cuando damos una oportunidad a la biosfera, casi siempre encuentra el modo de sobrevivir al ser humano. Fíjate en todos estos casos de animales que volvieron de la extinción:
El celacanto
El paradigma del efecto Lázaro en animales. Un pez prehistórico que se creía extinto desde hace 65 millones de años. Redescubierto en 1938. El pasado mes de junio, la prestigiosa revista Cell publicó datos de ejemplares avistados en Madagascar e Indonesia.
Ramosmania rodriguesi, café marrón
El taxón Lázaro no solo se observa en animales. Esta flor endémica de Isla Mauricio se había dado por extinta en 1940. Hasta que un adolescente encontró un ejemplar cerca de su casa. Hoy las semillas se encuentran en el Real Jardín Botánico de Kew (Londres) y se confía en repoblar la isla con esta característica planta.
¿Más ejemplos? Aquí tienes más especies que se creían desaparecidas y han sido encontradas recientemente:
- Caballo caspio (Equus ferus caballus) en Estados Unidos.
- Calamón takahe (Porphyrio hochstetteri) en las costas de Nueva Zelanda.
- Rata de roca de Laos. Se había extinguido hace 11 millones de años. Redescubierta en un mercado en Thakhek, Laos, en 1996. Se vendía como carne.
- Rana marsupial cornuda (Gastrotheca corneta) ecuatoriana.
- Curruca de pico grande, un ave de Tailandia.
- En el mar de Tasmania en 1930 se asumió que el insecto palo de Lord Howe (Dryococelus australis) había sido exterminado. En 2001 se encontraron 24 ejemplares vivos.
- Petrel de Bermudas (Pterodroma cahow). Extinto desde 1620.
- El pecarí –también llamado taguá en guaraní- en el Cono Sur americano.
- Lombriz de tierra de Palouse gigante. Un gusano albino de gran tamaño declarado extinto en 1980. Se capturó un ejemplar de un metro de longitud, como excavador fantasmal en los campos de Idaho, hace pocos años.
En España hay dos casos muy conocidos: el sapo partero mallorquín (Baleaphryne muletensis), que solo se conocía fosilizado, y el lagarto gigante de La Palma (Gallotia auaritae). Este último comenzó su declive cuando los humanos llegaron a Canarias hace dos milenios. Se dio por extinto hace unos 500 años. Sin embargo, un ejemplar fue visto en Tenerife a finales de 2007. La especie hoy está declarada en peligro crítico de extinción.
¿Los humanos influimos en la desaparición de especies?
Un caso especial (y no exclusivo) es el del gecko crestado (Correlophus ciliatus). Un reptil frugívoro endémico de Nueva Caledonia. Considerado extinto del planeta hasta redescubrirlo a finales de los años noventa del siglo pasado. La tradición ancestral, o la propia codicia humana, hicieron que la publicidad de los cosméticos elaborados con sus membranas volviera a ser centro de atención comercial. Por desgracia su caza indiscriminada ha provocado que este animal haya desaparecido en libertad.
Por si alguien te pregunta, el efecto Lázaro existe. Aunque sea poco frecuente. Si se dan las condiciones, es una realidad tanto en humanos como en la naturaleza. Puedes citar esta lista de animales que creíamos perdidos para siempre y han vuelto a la vida. Esperamos que para quedarse.