¿Qué siente una persona con ansiedad social?
Experimentar cierto grado de ansiedad ante determinadas situaciones sociales es algo normal. Se trata de una respuesta natural de nuestro cuerpo para estar alerta ante estímulos que identifica como «amenazas». Una cita o hablar en público son buenos ejemplos de ello. Pero ¿sabías que la ansiedad social puede llegar a convertirse en una enfermedad? Quizás sea tu caso o el de alguien que conoces. En cualquier caso, te recomendamos que sigas leyendo.
¿En qué consiste la ansiedad social?
También conocida como fobia social, la ansiedad social es un trastorno psicológico que se caracteriza por experimentar temor, vergüenza o estrés ante determinadas situaciones. En líneas generales, la persona que sufre ansiedad social siente miedo al rechazo, a ser juzgado por los demás, a convertirse en el centro de atención o incluso a ofender a alguien de forma accidental.
Cuando nos enfrentamos a escenarios intimidatorios, presentar cierto grado de ansiedad es completamente comprensible. El problema surge cuando el grado de ansiedad social es tan alto que impide desarrollar la vida con normalidad. Al igual que el resto de fobias, el miedo es excesivo e irracional, y las personas afectadas se sienten totalmente impotentes al respecto.
Para las personas que padecen ansiedad social, una charla o simplemente mantener contacto visual con otro individuo puede provocar una gran sensación de incomodidad. Otra de las situaciones que pueden accionar esta respuesta son: ir a fiestas, entrar en sitios concurridos, hablar con extraños, comer delante de otras personas, iniciar conversaciones, ir al colegio o ir al trabajo.
Como puede verse, la ansiedad social es un trastorno muy limitante en el día a día, ya que afecta a todos los ámbitos de la vida. Además, puede desencadenar otros problemas, como baja autoestima, pensamientos negativos, alcoholismo o depresión.
Principales síntomas de este tipo de ansiedad
¿Sabías que la ansiedad es una de las enfermedades mentales más extendidas? Algunos estudios afirman que un 13 % de la población mundial la padece. En lo que respecta a la ansiedad social pocos personas que la sufren tienen diagnosticado su trastorno y muchas consideran que lo que sufren es simplemente timidez.
A pesar de la existencia de tratamientos efectivos, muy pocas personas recurren a especialistas. DE hecho pueden transcurrir hasta 10 años entre las aparición de los primeros síntomas y el momento de buscar ayuda.
Estos son los síntomas y sensaciones más comunes que experimenta una persona con ansiedad social:
- Ritmo cardíaco acelerado.
- Sudoración excesiva, enrojecimiento y temblores.
- Tensión muscular o presentar rigidez en la postura corporal.
- Mareos, náuseas, diarrea o malestar estomacal.
- Sensación de falta de aire.
- Quedarse en blanco.
- Dificultad para hablar o para proyectar la voz.
- Sentirse torpe.
Cabe destacar que las sensaciones concretas pueden variar de un individuo a otro. En cualquier caso, las personas que tienen fobia social y se enfrentan a una situación estresante, lo normal es que sufran alguno de los síntomas mencionados anteriormente.
Aunque se trata de un trastorno mental, sus consecuencias tienen impacto directo en el plano físico. Ese es el gran poder que tiene la mente y la razón por la que las enfermedades mentales necesitan ser tratadas con la importancia y el respeto que se merecen.
Las causas detrás de este trastorno social
Llegados a este punto, es probable que te preguntes acerca de cuáles son las causas que propician la aparición de esta patología. Lo cierto es que hay múltiples respuestas al respecto y, probablemente, la ansiedad social se manifieste debido a una una combinación de cuatro factores:
- Base genética. Se cree que la heredabilidad de este trastorno se sitúa entre el 20 y el 50 %. Así que si los familiares de primer y segundo grado sufren de fobia social, la probabilidad de desarrollarla es entre 2 y 6 veces mayor.
- Factores psicosociales. Tienen que ver con la sobreprotección, la autoridad, el control y el rechazo parental.
- Factores ambientales. Estos hacen referencia a situaciones de maltrato infantil, historial de abuso, intimidación o burlas, los cuales incrementan el riesgo de desarrollar esta fobia.
- Factores temperamentales. El miedo a la evaluación negativa y la inhibición del comportamiento son los más relacionados en estos casos.
Para acabar, resulta interesante señalar que la ansiedad social suele surgir a partir de los 13 años, siendo la adolescencia la etapa promedio de aparición. Si eres padre, es recomendable que estés pendiente del desarrollo de tus hijos para evitar que las primeras semillas del la ansiedad social se instalen en ellos.
Si te has sentido identificado o identificada a lo largo de este artículo, debes saber que hay esperanza y que puedes pedir ayuda para combatir este tipo de ansiedad. Ya hemos visto que se trata de un trastorno que puede desembocar en dolencias más graves si no se le presta la atención adecuada. No dudes en pedir la ayuda oportuna para vencer tus miedos y empezar a vivir de nuevo con normalidad.