Más ser y menos tener
En el juego llamado vida, hay cosas que son importantes y cosas que no lo son, y es esencial saber cómo distinguirlas. Si no somos capaces de hacerlo, nos ocasiona toda clase de agonías y desilusiones. Gastar energía en adquirir lo que no necesitamos impide que la generemos para todo aquello que necesitamos para conseguir más satisfacción y felicidad.
Considero que uno de los procesos más difíciles de nuestras vidas está en el descubrimiento de lo que realmente necesitamos como individuos ya que tendemos a definir nuestros anhelos personales de acuerdo con las expectativas de otros.
Las normas de nuestra sociedad se han vuelto mucho más importantes que nuestras propias y únicas necesidades. En el fondo sabemos que mucho de aquello que estamos persiguiendo no es realmente lo que necesitamos o queremos.
Prestamos demasiada atención a lo que los demás quieren que queramos. Todos quieren que queramos y la mayoría de nosotros no reflexionamos lo suficiente para pensar qué es lo que realmente queremos.
Para complicar aún más nuestra existencia, nuestros anhelos acostumbran a ir cambiando según las circunstancias a las que nos vamos exponiendo, siendo muy frecuente que cuando conseguimos lo que queremos,r esulta que lo queremos muy poco tiempo. El extraordinario Bernard Shaw señalaba que “en este mundo, solo existen dos tragedias: una es no obtener lo que uno quiere, y la otra es obtenerlo”.
Debemos buscar en el fondo de nuestras almas y comprendernos de verdad para poder así determinar cuáles son nuestras verdaderas necesidades. Puede que descubramos que nuestros anhelos están ahí porque nos dijeron que teníamos que tenerlos o por falsas creencias que aprendimos. Es muy probable que no necesitemos todos.
Decidir lo que no queremos en la vida es casi tan importante como lo que sí queremos. No deberíamos desperdiciar nuestras vidas yendo detrás de cosas, personas, vocaciones o situaciones que en realidad no queremos. Pero muchos de nosotros lo hemos hecho en algún momento de nuestras vidas, dejando que nuestros deseos coincidieran con lo que otros quisieron que fuéramos. Siendo importante lo que no queremos, no es, en absoluto, suficiente.
Tenemos que saber que es lo que, en concreto, queremos. Y para descubrir nuestros Propósitos debemos escribir todo lo que pensamos que queremos. Si los registramos será una manera muy visible para retarnos. Y a medida que vayamos siendo conscientes de cuáles son nuestros Propósitos y cuáles son los que pertenecen a nuestras falsas creencias que nos condicionaron a aceptarlos, estaremos más y mejor preparados para buscar nuestros genuinos intereses.
La libertad nos permite, aunque a veces no lo creamos, abandonar aquellas cosas de la vida que no nos hacen felices.
Ignacio Pi • Responsable global de Mediapost Group
Publicado en el nº 14 de la revista de Ideas Imprescindibles