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Un panorama desolador para millones de niños hacia el año 2030

Son los datos que señala el informe anual de UNICEF, Estado Mundial de la Infancia, para el año 2030. Si la tendencia de desigualdad actual no se revierte, 69 millones de niños podrían morir por causas evitables; 167 millones de niños vivirán en la pobreza y 750 millones de mujeres se habrán casado siendo aún niñas.

Un panorama desolador para la infancia. Si los gobiernos, donantes, empresas y organizaciones internacionales no aceleran sus esfuerzos para dar respuesta a las necesidades básicas de todos estos niños, su futuro se verá amenazado junto al de sus comunidades y, en definitiva, se les estará negando una oportunidad justa en la vida.

El informe de UNICEF indica que en los últimos años se han logrado progresos considerables en la tarea de salvar las vidas de los niños, reducir la pobreza y conseguir que asistan a la escuela.

Pero este progreso dista de ser uniforme y justo. Las vidas de millones de niños y niñas están en peligro solo por haber nacido en un país y no en otro, en una comunidad y no en otra, con un sexo y no con otro. Los niños en mayor situación de pobreza tienen el doble de probabilidades que los más ricos de morir antes de cumplir cinco años y de sufrir desnutrición crónica. Y las niñas de los hogares más pobres tienen 2,5 más probabilidades de casarse en la infancia que las niñas de los hogares más ricos.

La desigualdad amenaza el presente de estos niños y el futuro del mundo. En España, la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social de los niños en 2015 fue del 34,4%. Además, el riesgo de pobreza económica, es decir, en términos de ingresos, de los niños nacidos en familias de padres migrantes alcanza el 60,3%. Los niños se encuentran entre los colectivos más vulnerables de nuestro país. Por ello, desde UNICEF Comité Español insistimos en alcanzar un gran Pacto de Estado por la Infancia en el que se protejan los derechos de todos los niños y las niñas.

Para evitar que el mundo sea cada vez más desigual, la opción es invertir ahora en la infancia, en los niños en situación de mayor pobreza en el mundo. El informe demuestra que estas inversiones pueden producir beneficios inmediatos y a largo plazo. Las transferencias de efectivo, por ejemplo, han demostrado su utilidad para ayudar a los niños a permanecer en la escuela más tiempo y avanzar a niveles superiores de la enseñanza. Como promedio, cada año adicional de educación que el niño recibe aumenta sus ingresos en aproximadamente un 10% cuando se convierte en adulto. Y por cada año adicional de escolaridad, las tasas de pobreza del país descienden en un 9%.

La desigualdad no es inevitable ni insuperable. Obtener mejores datos sobre los niños más vulnerables, aplicar soluciones integrales a los desafíos que enfrentan los niños, establecer formas innovadoras de abordar los antiguos problemas, realizar inversiones más equitativas y aumentar la participación de las comunidades son todas ellas medidas que pueden contribuir a establecer una igualdad de oportunidades para todos los niños y que ninguno se quede atrás.

 

UNICEF • Comité Español • www.unicef.es
Publicado en el nº 11 de la revista Ideas Imprescindibles