La magia de los hábitos clave
Existen algunos hábitos que son más esenciales que otros, por el simple hecho de que sirven como áncora para otros hábitos positivos. Son hábitos con un efecto dominó sobre tu día a día, ya que facilitan la creación de otros hábitos positivos.
Yo los llamo los hábitos clave, porque te abren pequeños atajos a desarrollar o asentar otros hábitos sin que tengas que empezar desde el principio. Los hábitos adyacentes al hábito clave cuestan mucho menos que el hábito original.
Características de un hábito clave:
Los hábitos clave tienen una característica en común: te permiten crear otros hábitos sin generar estrés, agobio o quitarte aún más de tu valioso tiempo. Por lo tanto son hábitos que por su diseño aumentan tu disponibilidad de tiempo (algunos hábitos de productividad), te generan más energía (hábitos de alimentación, de sueño, de salud) o te propician más tranquilidad (hábitos de minimalismo).
Además, un hábito clave se siente bien (o por lo menos el resultado te convence), tanto que te dan ganas de seguir mejorando tu rutina para poder tener aún más tiempo, más energía o más tranquilidad.
El reto está en encontrar tus propios hábitos clave, porque son tan individuales como tú. Lo que me funciona a mí, quizás no te funciona para nada. Por eso es tan importante no desistir, sino seguir experimentando. Si una estrategia no te funciona el problema no eres tú. El problema es que la estrategia no es la adecuada para ti.
Mis propios hábitos clave:
Aún así, te voy a comentar mis propias estrategias para que tengas un punto de partida para empezar. Pruébalas, quédate con lo que te sirve y descarta lo demás. Al final de cuentas tus hábitos se tienen que ajustar a ti, no a mí.
La planificación del día (la noche anterior):
Cada noche, antes de irme a dormir escribo en un papel (sí, con un boli, en un papel de verdad) las dos o tres tareas más importantes para el día siguiente. Son tareas que me acercan a mis objetivos y que no necesariamente tengan una fecha de entrega (porque lo urgente de alguna forma siempre se hace).
Resultado: soy mucho más productiva por las mañanas, porque sé exactamente lo que quiero conseguir cada día. No pierdo tiempo discutiendo conmigo misma con que voy a empezar hoy y además trabajo mucho más concentrada. Además ahora sé cuanto tiempo tardan las diferentes tareas, un conocimiento que puedo utilizar en la planificación semanal para integrar mi planificación más fielmente dentro de mi estrategia a largo plazo.
La meditación matutina:
Me levanto siempre a la misma hora, y tres minutos después estoy sentada en mi rincón de la meditación para concentrarme en mi respiración durante aproximadamente 15 minutos. Hay días que me cuesta mucho y hay días que me cuesta mogollón. No llego a estados de iluminación superior y a veces los quince minutos son los más largos de todo el día. Este hábito no vino nada fácil.
Resultado: estoy mucho más equilibrada, más paciente, me altero menos y por lo tanto consigo resolver muchos problemas con más facilidad que si los atacase llena de ira e irritación. He mejorado mi paciencia con aquellas cosas que no puedo cambiar (la velocidad de internet en la montaña, la cola en la Seguridad Social, los semáforos en rojo) y me altero menos cuando lo que sí puedo cambiar tarda más de lo esperado.
El grupo de seguimiento:
Cada lunes defino lo que tengo planificado para esta semana y lo comparto con mi propia coach. Es el mismo procedimiento que ofrezco en el grupo Mentes Inquietas, donde las participantes cada lunes se comprometen a cumplir con una serie de objetivos. No hay consecuencia “real” si no cumplen con estos objetivos, sin embargo tienen un grupo para pedir ayuda y apoyo, para buscar soluciones cuando alguien se queda atascado y para celebrar aquellas cosas que sí han funcionado.
Resultado: saber que el viernes alguien preguntará como ha ido mi semana, me disciplina bastante (los viernes son muy productivos).
¿Cuál es tu hábito clave?
Quizás quieres crear un planificación semanal de comidas para eliminar la discusión nocturna del “qué comemos hoy” y eliminar este punto de estrés de tu vida. Quizás puedes elevar tu nivel de energía por dormir una hora más. O a lo mejor tan solo te falta hacer la limpieza de tu lista de tareas con más frecuencia.
Y si necesitas ayuda en descubrir y asentar tu hábito, para eso está Mentes Inquietas.
Artículo escrito por Valentina Thorner • Blog ValeDeOro • www.valentinathorner.com
Publicado en el nº 9 de la revista Ideas Imprescindibles