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¿Por qué necesitamos abrazarnos?

En estos tiempos de distanciamiento social y de desconfianza, los abrazos se han convertido en un preciado tesoro. Los abrazos refuerzan nuestros lazos, nos dan calor y nos permiten expresar nuestros afectos. En estos días añoramos abrazar a nuestros padres, a nuestros hijos, a nuestros hermanos, a nuestros amigos. Paradójicamente el confinamiento nos ha demostrado lo mucho que necesitamos dar y recibir abrazos. Y contamos los días para volver a rodear con nuestros brazos a nuestros seres queridos.

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Dinero y espiritualidad

¿Son compatibles ambos términos? ¿Por qué tenemos la impresión de que los altos ejecutivos, empresarios, millonarios y grandes empresas viven dando la espalda al crecimiento del ser humano, no teniendo entre sus prioridades el bienestar de sus congéneres, mas el crecimiento de sus cuentas de resultados, fortunas o retribuciones salariales? La ciencia moderna está dando respuesta a estas y otras cuestiones similares. Hoy en día la información que día a día vamos conociendo por medio de los físicos y científicos más importantes del siglo XX y XXI nos demuestra que vivimos dentro de una gran ignorancia. No es objeto del presente artículo entrar en los descubrimientos que la ciencia está revelando a la sociedad, que nos parecen más ciencia ficción que ciencia, y de los que abordaremos en futuros artículos, pero déjenme esbozar unas simples pinceladas: ¿qué porcentaje del cerebro usamos normalmente? ¿de cuánta información somos conscientes?

Aproximadamente, un 10% del mismo, y no más de un 5% de la información. Es decir, podemos creer que el 100% de lo que hacemos es porque queremos. No es así. El subconsciente manda en nuestras vidas un 95% del tiempo. Parece claro que me estoy perdiendo casi la película entera de la vida, de lo que está sucediendo, de quiénes somos y de por qué actuamos como lo hacemos. Nos resulta muy difícil vivir alejados del mundo que “vemos” y que creemos “conscientemente” existe, y por ello, sin querer participamos como individuos en el ejército de sociedad materialista que conforma el mundo que llamamos desarrollado. Y no “materialista” como término derivado de bienes materiales, sino como derivación de la materia, frente a su dualidad, el espíritu. Por aquí podríamos tener un primer acercamiento a la respuesta de la pregunta inicial. ¿Qué mejor ejemplo de apego a la materia que las posesiones materiales que consideramos, razonablemente, tan importantes? ¿O es que ninguno queremos el mejor colegio posible para nuestros hijos, el mejor trabajo, el mejor bienestar material posible sin caer en la avaricia y derroche, la mayor salud posible, etc? No es de extrañar, poniendo como ejemplo España, que más de 6 millones de personas tengan depresión, que uno de cada 3 españoles haya consumido ansiolíticos en el último año, o que España esté teniendo el nivel más alto de estrés de Europa, donde un 74% de los españoles manifiesta preocupación por su economía. Por ello Dinero y Conciencia/Espiritualidad no casan, nos rechina (perdonen la generalización, que todos sabemos es siempre injusta).

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Nuestro Inconsciente colectivo puede tener información grabada de que Gente Rica cuasi equivale a Gente menos humana, con menos valores de Amor. ¿Es verdad? Particularmente creo que no. No obstante, en mi personal trayectoria profesional, sí puedo constatar que el mundo de los negocios y el mundo de las finanzas, son un mundo de “lucha”. Qué difícil es hacer un negocio sin contratos, sin abogados, sin pensar en todas las posibilidades negativas que la contraparte me puede hacer, sin analizar cómo quitarle a la competencia, cómo vender más creando continuas nuevas necesidades al consumidor, cómo pagar los menos impuestos posibles, cómo ser eficientes, tener los mejores empleados para la empresa, cómo crecer año a año, cómo ganar más dinero, etc. ¿Es una lucha constante? ¿Y me habla usted de Espiritualidad y Conciencia en este mundo de los negocios? La respuesta es SÍ, y es una enorme alegría. Afortunadamente, se pueden hacer negocios con conciencia, se puede generar riqueza material y a la vez riqueza espiritual.

Personalmente siempre digo que el planeta Tierra, con Oriente y Occidente como polos opuestos, se unen hoy en día como el símbolo del Infinito. ¿En qué sentido? En pleno 2016, vemos cómo cada vez más en España, Europa, EEUU y el mundo occidental desarrollado buscamos técnicas espirituales orientales, cada día practicamos más yoga, se enseña Mindfluness en los colegios (sí, hasta en España), buscamos libros de crecimiento personal, leemos sobre física cuántica, escuchamos gurús del New Age, nos preguntamos sobre cuestiones metafísicas y filosóficas que hace 25 años, no más, sonaban a propagandista bajo efectos de sustancias psicotrópicas. Es decir, Occidente llama a la puerta de Oriente. Y ¿qué hace Oriente? Cerrar el símbolo del Infinito viniendo a comprar, nunca mejor dicho, nuestros valores materiales occidentales. Y así tenemos al Imperio Chino, Indio, y demás asiáticos como los nuevos grandes consumidores del mundo, allá donde las finanzas corren firmes para no perderse la fiesta. Ya en Estados Unidos fundamentalmente, pero también en UK y otros países, se han creado asociaciones que recogen a Empresas y Empresarios “CONSCIENTES”. Hay una incipiente, pero muy importante corriente en estos países, que está provocando un Cambio de Paradigma en la forma de hacer negocios, en la forma de manejar las Finanzas. Ya no importa sólo la última línea de la Cuenta de Resultados, también importan la felicidad de los trabajadores, la calidad del producto, el trato a los clientes y proveedores, y el cuidado del Medio Ambiente. Y curiosamente, sus negocios crecen, aunque gasten más en empleados, en bienestar dentro de las empresas. ¿Por qué? Una vez más, la ciencia también nos está dando las respuestas.

Todo ser humano busca en su vida una única cosa: ser FELIZ. Y la ciencia está demostrando porqué un entorno consciente nos hace felices, y nos hace por ende, mejores y más eficientes empleados, ejecutivos y empresarios, mejores personas, mejores miembros de nuestras familias, mejores amigos, y en el caso de los negocios, mejores y más asiduos clientes, provocando más crecimiento de negocio para la empresa y con mejores márgenes de rentabilidad. Hay muchos ejemplos de empresas y empresarios conscientes, aunque sigan siendo una minoría en el macro escenario de las finanzas mundiales: TipTree, TradeMark, WholeFoods, John Mackey, Andrew Thornton, Jon Freeman, etc. Estamos hablando de compañías líderes mundiales en sus sectores, con billones de facturación. Demos la bienvenida, de corazón, al Capitalismo Consciente. Es la vanguardia a nivel empresarial, cada día con más importancia. Desde aquí le invito a convertirse en una persona de negocios consciente. Participe con él y de él. Le aportará mayores recursos y mayor felicidad, a su empresa, y a su esencia de ser. Permítanme un último apunte: Las universidades y escuelas de Negocio más prestigiosas están recogiendo este testigo, y se está trabajando a marchas forzadas en nuevos modelos educativos para enseñar cómo hacer negocios de una forma más consciente. Todos sabemos que el curso de la Universidad más famosa del mundo, Harward University, que año tras año era el más solicitado por todos los alumnos de cualquiera de sus facultades, era el curso de la Felicidad impartido entonces por Tal Ben-Shahar.

Este pasado año 2015, en Barcelona, la prestigiosa escuela de negocios ESADE, desarrolló una convención internacional muy importante titulada “Spirituality in Management”, Espiritualidad en la Gestión y Dirección de Negocios y Empresas. Así es, el nuevo Paradigma Científico de nuestros días, tiene sus ramificaciones no sólo a nivel personal y de crecimiento del ser humano, sino a nivel colectivo y empresarial, transformando el mundo de las Finanzas y Negocios, donde el dinero seguirá siendo muy importante, pero ya no lo más importante, o lo único importante. La empresa y las finanzas serán una herramienta más de nuestra evolución en el desarrollo de Consciencia, y no un mero fin para la consecución de bienes materiales.

Artículo escrito por Iñaki Gil • Consultor y coach para personas y empresas

Publicado en el nº 9 de la revista Ideas Imprescindibles

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Taller de conciencia

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Artículo escrito por Joan Antoni Melé y publicado en el número 7 de la revista Ideas Imprescindibles 

Imagine que paseando por un antiguo zoco de una ciudad oriental comprara una lámpara como la lámpara mágica de Aladino. Imagine que, ¡oh sorpresa!, al frotar la lámpara también le aparece un genio que le promete concederle cuanto desee. Usted, que es una persona responsable y concienciada, le pide varios deseos:

1º.- Que desaparezca toda la contaminación de los mares, ríos y aguas subterráneas; que se restablezcan todas las especies animales desaparecidas en los últimos años, y que la Tierra y su biodiversidad vegetal y animal queden tan puras y perfectas como en el siglo XV, en la época del descubrimiento de América.

2º.- Que se redistribuyan todas las riquezas de la Tierra entre todos sus habitantes, de manera que se acaben el hambre y la pobreza de inmediato. Asimismo, que se curen todas las enfermedades y todas las epidemias que existen en el mundo, y que todas las personas estén sanas.

3º.- Que se acaben todas las guerras y conflictos inmediatamente, y que desaparezcan todas las fronteras y naciones del mundo, para que solo hablemos de una Tierra y una humanidad.

Bien, como que ha sido generoso y altruista, el genio le ha concedido todos sus deseos, y con un simple pase mágico todo ha quedado como usted había pedido. ¡Fantástico! Y ahora permítame una pregunta: ¿cuánto cree que tardaríamos en volver a tener la situación tan deteriorada como la tenemos hoy en todos los ámbitos mencionados?

No tenemos un genio de la lámpara, pero tenemos suficientes conocimientos y recursos científicos, técnicos y económicos como para realizar lo mismo que él ha realizado; sí tenemos ese genio, ese genio somos nosotros. Entonces, ¿qué nos sucede? ¿Por qué no reaccionamos? ¿Por qué seguimos autodestruyéndonos y destruyendo la Tierra? La respuesta es muy sencilla: no es un problema de recursos, el problema es que nuestra conciencia está enferma.

A lo largo de los últimos siglos hemos adquirido muchísimos conocimientos, hemos desarrollado una gran inteligencia, pero esa inteligencia es fría y está desconectada de lo esencialmente humano, y por tanto, está desconectada de la Tierra y del Cosmos. No debemos menospreciar los conocimientos adquiridos, pero ahora lo más urgente es sanar esa conciencia enferma y devolver al ser humano su dignidad y su dimensión más esencial y trascendente.

Seguimos obcecados con el informe Pisa, que pone énfasis en los niveles de aprendizaje de matemáticas, ciencias y lenguaje de nuestros alumnos, pero olvidamos su preparación humanista y ética. Todos los casos de corrupción que han aparecido en España y en todo el mundo no han sido cometidos por personas ignorantes, sino que la mayoría tenían estudios superiores y, quien sabe, algún master o doctorado en Harvard o Stanford, que esto siempre

impresiona mucho. No era preparación científica o técnica lo que les faltaba, sino ética y valores humanos.

Después de muchos años de trabajar en banca, los nueve últimos en la banca ética Triodos Bank, y de impartir seminarios sobre autoconocimiento y transformación personal desde el año 1989, he decidido crear la empresa Taller de Conciencia con el objetivo de acompañar a las personas que quieran iniciar ese camino hacia el despertar de la conciencia, que en el fondo es un camino de sanación de la conciencia. Les llamamos talleres porque se requiere un trabajo interior por parte del alumno; la conciencia se forja a fuego lento.

El autoconocimiento lleva a la transformación personal, y esa transformación se puede llevar luego a todos los ámbitos de la vida cotidiana. Nos queremos dirigir a empresarios, directivos, profesionales, políticos…, es decir, a personas que tienen conocimientos, recursos y ámbitos de responsabilidad en su trabajo, porque estamos convencidos de que con una conciencia despierta y sana, ellos se pueden convertir en los verdaderos genios de la lámpara que ayuden a transformar y sanar este mundo.

 

 

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Taller de Conciencia, el nuevo proyecto de Joan Antoni Melé

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Joan Antoni Melé es sinónimo de banca ética. Después de más de 30 años trabajando en una caja de ahorros, se unió al proyecto de Triodos Bank en 2006, donde ha sido subdirector general hasta finales de 2014. En la actualidad, Joan Antoni Melé continúa manteniendo una estrecha colaboración con el banco en temas de formación interna y representación en charlas y otros foros.

Recientemente, el incombustible Joan Antoni Melé ha constituido la empresa Taller de Conciencia con el objetivo de acompañar a las personas que quieran iniciar un camino de autoconocimiento y transformación personal, para luego llevarlo a sus actividades profesionales.

Estos talleres se vienen realizando desde el año 1989, pero con la fundación de esta empresa Melé pretende orientar estos talleres de manera más específica a empresarios, directivos, responsables de la administración pública o profesionales de cualquier sector, que quieran descubrir cómo el trabajo y la empresa son una gran oportunidad para conocerse mejor, dar sentido a la propia vida y a la vez ayudar a construir un mundo mejor.

La web www.tallerdeconciencia.com ya está en funcionamiento, aunque todavía no está completa, y en ella aparecen ya algunos de los programas de los próximos talleres.

Le deseamos mucha suerte a Joan Antoni Melé en esta nueva y apasionante andadura.

Ideas Imprescindibles ecologia emocional

Ecología Emocional: un nuevo horizonte para la gestión sostenible de nuestras emociones

Ideas Imprescindibles ecologia emocionalEl deshielo del polo norte, el calentamiento de la Tierra, la capa de ozono, las energías contaminantes y la sobrexplotación de los recursos naturales son fenómenos que oímos a diario en los medios de comunicación. Lamentablemente, la crisis medioambiental es un hecho por todos conocida; ahora bien, lo que quizás no se conozca tanto sea la aplicabilidad y los paralelismos que se pueden establecer entre estos términos y la vida emocional de cada uno de nosotros.

El medio ambiente tiene mucho más que ver con nosotros de lo que podemos pensar a primera vista. No sólo porque con nuestro consumimos exasperado y nuestros estilos de vida estemos provocando tales desastres naturales, sino sobre todo, porque el mundo que habitamos y destruimos refleja lo que nos está pasando en nuestro interior, nos habla de cómo nos tratamos también a nosotros mismos.

Si entendemos nuestro bienestar emocional como un ecosistema que está conectado en mutua interacción con los demás y con el mundo que nos rodea, no será difícil empezar a ver las similitudes y equivalencias entre uno y otro terreno. Así lo plantean Mercè Conangla y Jaume Soler, creadores del término Ecología Emocional, un concepto que se está extendiendo como la pólvora en los últimos años y se está aplicando con gran éxito en innumerables ámbitos, como el desarrollo personal, la educación, la salud o la organización empresarial, por citar sólo algunos de ellos.

Pero, ¿qué es exactamente la Ecología Emocional? Tal y como sus autores la definen, se trata del arte de gestionar nuestras emociones y sentimientos de forma que su energía promueva conductas que aumenten nuestro equilibrio personal, favorezcan nuestra capacidad de adaptación, la mejora de nuestras relaciones y el respeto y cuidado de nuestro mundo. Dos valores están profundamente unidos a este planteamiento: la responsabilidad y la conciencia del impacto emocional global, pues la gestión de las propias emociones no se puede delegar a otras personas.

Si bien no nos podemos responsabilizar de lo que sentimos en la mayoría de las situaciones, si somos responsables y nos tenemos que hacer cargo de lo que hacemos con aquello que nos pasa y de las consecuencias que de ello se derivan. Así, debemos reciclar nuestros residuos emocionales a diario, de lo contrario, corremos el riesgo de utilizar a quienes nos rodean como contenedores para volcar nuestra tensión y toxicidad no procesada.

 

Podéis leer el artículo completo en el segundo número de nuestra revista digital gratuita, haciendo clic aquí.

Por Diego Albarracín y Ana López / Centro Abierto