¿Serán los gimnasios las centrales eléctricas del futuro?

En un capítulo de la serie de ciencia ficción distópica Black Mirror, en un futuro indeterminado la mayoría de la población trabaja pedaleando sobre bicicletas estáticas para generar energía a cambio de ingresos económicos. No parece un futuro tan lejano si tenemos en cuenta que en diversas ciudades del mundo ya están abriendo sus puertas gimnasios que permiten precisamente eso, generar energía con las pedaladas de sus clientes en las bicicletas estáticas. 

La práctica de cualquier ejercicio físico exige el consumo de una energía que proviene del oxígeno de nuestros pulmones y de los nutrientes de nuestros tejidos. ¿Pero qué pasaría si además de consumir energía, pudiéramos generarla y transformarla por ejemplo en electricidad? Esa es la visión de varios gimnasios que están abriendo sus puertas en ciudades como Londres o Nueva York. Un nuevo concepto que empieza a denominarse “green fitness” o “eco-gym” y que permite que las instalaciones deportivas sean espacios energéticamente autosuficientes, al contar con bicicletas estáticas que capturan la energía empleada por los usuarios y la convierten en electricidad que abastece a todo el edificio. Estos gimnasios han irrumpido con fuerza y atraen a un público tan preocupado por mantener un buen estado de forma física como por conservar el medio ambiente. 

Terra Hale es una cadena que cuenta con tres gimnasios en Londres equipados con tecnología respetuosa con el medio ambiente .

Terra Hale es una cadena de gimnasios londinense que cuenta con tres espacios – Shepherd’s Bush Market, Fulham and Notting Hill – y que lleva su compromiso con la sostenibilidad hasta las últimas consecuencias. Su zona de spin fue la primera en Londres que aprovechó la energía generada por sus clientes para abastecer de energía eléctrica a todas sus instalaciones. De esta manera los socios de Terra Hale no sólo se ponen en forma sino que también contribuyen a a cuidar el medioambiente, reduciendo los niveles de contaminación. Además los gimnasios de Terra Hale no venden ningún producto que contenga plástico, ofrecen productos de higiene y cosmética 100% naturales y utilizan materiales reciclados en todos sus procesos industriales.

Al otro lado del Atlántico, en Rochester, New York, se encuentra Eco-Gym, un gimnasio equipado con 21 máquinas – entre bicicletas estáticas, elípticas y capaces de transformar la energía generada en sus rutinas diarias por sus clientes, en electricidad capaz de cubrir una parte de las necesidades de todos los usuarios de las instalaciones. El equipo funciona gracias a una compleja tecnología y puede generar más de 160 vatios-hora en un entrenamiento. Por desgracia, esa energía generada no es suficiente y debe completarse con la energía generada por unas placas fotovoltaicas y 2 turbinas de energía eólica de 8,9 kilovatios situadas en la azotea del edificio, para producir la totalidad de la energía necesaria para cubrir las necesidades de todos los socios del gimnasio. Eco-Gym forma parte de un proyecto llamado Imaginarium, un espacio dedicado a la ciencia y al arte, integrado en iSquare, un gran centro comercial que utiliza energías renovables y que integra restaurantes, una sala de conferencias, jardines en las azoteas y espacios para oficinas.

Eco-Gym cuenta con 21 bicicletas, 2 elípticas y 2 bicicletas reclinadas, que transforman las pedaladas de los clientes en energía eléctrica.

La compañía SportsArt es conocida en el sector por ser el fabricante de los equipos Eco-Powr, una línea de productos para gimnasios que lideran el cambio del “green fitness”.

¿Será esto simplemente una moda eco-friendly más o será el inicio de un proceso que convertirá los gimnasios en auténticas centrales eléctricas? ¿Ayudarán así los gimnasios a reducir los efectos del cambio climático? Los guionistas de Black Mirror parece que no andaban muy mal encaminados. Estos gimnasios pioneros están demostrando que tecnológicamente ese futuro hoy sería posible.