Llegamos al castillo de Staggia de Senese

Desayunamos en el hotel. El sistema es de autoservicio y lo hacemos contundentemente. El día es precioso y caminamos hacia Monteriggioni, subiendo y bajando colinas. No resulta cansado y disfrutamos del paisaje y el paseo, más aún sabiendo que quedan pocos días para llegar a Roma y después echaremos de menos tanta naturaleza y libertad. Hacemos una parada para descansar, respirar a fondo mirando al sol y abrazar algunos árboles, lo cual nos llena de energía. Al comenzar la marcha, curiosamente, a los dos nos dolían un poco las rodillas, pero eso pasó pronto y ahora están perfectamente. Pasamos por Bellavista, Malasalita, Caduta y otro pueblo llamado Staggia de Senese que tiene un bonito castillo. Finalmente, después de una empinada cuesta, llegamos al turístico Monteriggione, amurallado encima de un monte. Pedimos comida en el restaurante «Antico Travaglio», donde Fabricio y la boliviana Estrella nos sirven un gran plato de espaguetis con tomate y queso, agua, pan y café. No encontramos ningún sitio donde entrar sin pagar y decidimos seguir hasta Siena, donde nos han hablado de la suore Gineta que siempre da asilo a los peregrinos en su Casa Santa Luisa. El camino hasta allí no ofrece nada verdaderamente notable, lo que unido al cansancio por los 27/28 kms que hacemos en total para llegar a Siena hace que nos entretengamos lo menos posible con fotos y admiración del paisaje. Ya en Siena los franciscanos dicen no poder darnos nada y recomiendan ir a la suore Gineta. Así lo hacemos y ésta nos brinda una excelente acogida: nos instala en una habitación con dos camas y baño completo diciendo que tendremos cena y desayuno por la mañana.

27b-abril-caminantes-mediapost-ideas-imprescindibles 28a-abril-caminantes-mediapost-ideas-imprescindibles 28c-abril-caminantes-mediapost-ideas-imprescindibles