Dormimos en un albergue para peregrinos de San Lázaro

Dejamos el hostal Sogni Sereni y salimos a la calle. Ésta está desdibujada por una espesa niebla que no levantará hasta haber caminado varios kilómetros. Hace frío y debemos ponernos unas ropas de abrigo que no habíamos previsto después de los primaverales días anteriores. Cerca de Sarmato fotografiamos una solitaria ermita junto a la carretera. En Rotofreno nos llama la atención la iglesia de San Miguel Arcángel y Kiko filma en ella un amplio reportaje con su cámara. Luego, al entrar en San Nicolo. Como es la hora de hacerlo, pedimos en el restaurante Feeling algo para comer y el dueño, Cristian, nos indica una mesa y nos pone comilona. ¡Brava Italia! Otra vez en el camino aumentan las instalaciones fabriles, algunas de ellas con aspecto de haberse abandonado y así entramos en Piacenza y vamos a la catedral con esa idea ya rutinaria de encontrar donde dormir con la ayuda de la iglesia. Hablo con un sacristán que no me hace caso, pero un señor que ha oído la corta conversación que con él he mantenido se dirige a mi. Es Antonio, de unos 60 años, que ha hecho el camino de Santiago y se ofrece a ayudarnos. Gracias a él esta noche dormiremos cómodamente en el albergue para peregrinos de San Lázaro, situado en el barrio de Montale de Piacenza.

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